Sí, así como lo estás leyendo. En la Cuba de hoy, el gobierno ha optado por una medida que ha hecho levantar cejas (y comentarios calientes en redes): están sacando transformadores eléctricos de instituciones estatales para ponerlos en barrios de La Habana donde ya no aguanta más la cosa con los apagones. O sea, literalmente están “desvistiendo un santo para vestir a otro”.
La jugada fue anunciada en la página de Facebook de la Empresa Eléctrica de La Habana. En su comunicado explicaron que, con el calor insoportable y el consumo disparado, se han dañado un montón de transformadores. ¿Y qué hay para sustituirlos? Nada. Cero. No hay piezas de repuesto ni equipos nuevos. Así que, ante la presión, sacan lo que hay en oficinas y ministerios, y lo mandan a los barrios.
Según dijeron ellos mismos, es una medida temporal. “En cuanto lleguen nuevos transformadores, los reponemos en las instituciones”, prometieron. Pero ya tú sabes cómo es eso en Cuba: lo temporal se vuelve eterno. Y si no, que lo diga el arroz de la bodega.
Como era de esperarse, la publicación provocó una tormenta de reacciones. La gente, que está ya al borde con los apagones de hasta 14 horas al día, no se tragó la explicación tan fácil. Los comentarios llovieron: algunos con ironía, otros con rabia. Lo más repetido fue esa frase cubanísima: “desnudar un santo para vestir a otro”. Y con toda razón, porque ni una cosa ni la otra soluciona el problema real.
Tan fuerte fue el chaparrón, que poco después la publicación fue borrada de la página oficial. Como si eso hiciera desaparecer el problema o calmara el calor.
Mientras tanto, las autoridades siguen pidiendo ahorro. Pero ¿ahorrar qué, si ya no hay más que cortar? Los ventiladores están apagados, las cocinas funcionan a medias, y lo que queda es sudar y esperar, otra vez. En resumen, los cubanos tienen que seguir buscando soluciones “creativas” para sobrevivir en la oscuridad… y ahora también, sin transformadores en los ministerios.