Una cubana que andaba disfrutando de la playa se topó con algo que le heló el alma y le apretó el corazón al mismo tiempo: una balsa casera abandonada en la orilla, puro testimonio del coraje y el ingenio de quienes se lanzan al mar buscando una vida mejor. La usuaria @yaimacfonseca no lo pensó dos veces y compartió el hallazgo en TikTok, dejando a miles con la piel de gallina.
“¡Miren esto, un bote cubano! ¡Qué clase de invento más bárbaro! Esto con seguridad trajo a alguien hasta aquí”, dice mientras graba el video. Su voz no es de burla ni de asombro superficial, es una mezcla de respeto y conmoción, como quien reconoce el riesgo que hay detrás de cada tornillo y pedazo de metal.
El artefacto, armado con tanques metálicos, planchas recicladas y lo que parece un motor de Lada, es un verdadero ejemplo de la «resistencia creativa» con la que muchos cubanos enfrentan la desesperación. Como dice la propia Yaimá: “Salir así de un país con tanques de agua… eso solo lo provoca un gobierno que no te deja más salida”.
Los comentarios no tardaron en lloverle. Cubanos de todas partes se volcaron en el video para compartir sus propias vivencias, como uno que confesó: “Ese mismo bote me dio la oportunidad de salir de la isla cárcel… íbamos 17 personas”. Palabras que cargan con una historia detrás, con noches oscuras en alta mar y el pecho lleno de esperanza.
Otros solo podían comentar con frases sencillas pero cargadas de emoción: “Se la jugaron, eso lleva un motor de gasolina”, dijo uno, mientras muchos soltaron un simple “Bendiciones” o “¡Qué valentía!”, como si eso fuera suficiente para abrazar a los que un día se despidieron de todo.
Estas embarcaciones improvisadas, que los cubanos conocen como “tanqueros”, se han convertido en símbolo de la lucha desesperada por escapar del encierro económico y político. Son frágiles, sí, pero también son monumentos flotantes al valor y a la creatividad de un pueblo que, aun cuando no tiene nada, se las ingenia para buscar su libertad.
Y como bien lo resumió Yaimá en su publicación: “El cubano no tendrá muchas cosas, pero de ingenio estamos hechos a mano”. Porque cuando la vida te aprieta, en Cuba, se inventa.