En un reciente video del youtuber español Juan Dalmau, grabado en pleno Centro Habana, el director del Policlínico Luis Galván, Gilberto Castaño Martínez, soltó una declaración que dejó a más de uno con la ceja levantada: “El salario básico de un médico es decoroso”, dijo con toda tranquilidad.
Castaño, mientras mostraba con orgullo las instalaciones del centro de salud, aseguró que ser médico en Cuba sigue siendo una buena profesión, tanto por prestigio como por paga. Según él, 5,560 pesos cubanos al mes es un sueldo más que digno, sobre todo cuando se le suman los pagos por guardias nocturnas y otras “condiciones especiales”.
“Es un salario decoroso. Igual que el de las enfermeras. Está entre los sectores mejores pagados del país”, afirmó el funcionario, con una convicción que contrastaba con la expresión incrédula de quienes lo escuchaban… y con la de las propias enfermeras del lugar.
Porque mientras Castaño explicaba que los médicos pueden incluso llegar a ganar hasta 30 mil pesos en ciertos casos, una enfermera, parada justo al lado del youtuber, negaba con la cabeza. Sin decir una palabra, desmentía discretamente con gestos lo que el directivo afirmaba.
“No creo que lo tengan todo”, confesó Dalmau al terminar el recorrido. Y no era para menos. Aunque el galeno dijo que en el policlínico “hay de todo para trabajar” —desde materiales de cura hasta medicamentos—, también dejó caer que “cualquier ayuda siempre es bienvenida”, como quien sabe que el sistema ya no da abasto.
Realidad vs discurso oficial
Lo que Castaño no mencionó —o quizás prefirió no profundizar— es que ese salario que tanto defiende apenas alcanza hoy para cubrir la comida de una semana. La inflación en Cuba ha devorado cualquier mejora salarial y ha convertido esos “decorosos” 5,560 CUP en poco más que papel mojado.
Hasta finales de 2024, un médico recién graduado ganaba 4,610 pesos al mes, y con el paso por la residencia la cifra subía a 5,060, alcanzando los 5,560 CUP al terminar la especialidad. En el mejor de los casos, si se suman los pagos extra por noches trabajadas o desempeño destacado, el sueldo puede llegar a poco más de 10,000 CUP. Pero en un país donde el arroz, el aceite y la carne se han vuelto artículos de lujo, eso no da ni para empezar.
Aunque el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social lanzó nuevos “incentivos” este año, como 100 pesos por hora nocturna o 20 pesos por rendimiento, la matemática sigue sin cuadrar. Porque los precios en los agros, los mercados y hasta en la farmacia —si es que hay algo— siguen subiendo como espuma.
El contraste es cada vez más evidente
Mientras los discursos oficiales insisten en que ser médico “sigue siendo un privilegio”, muchos profesionales de la salud en Cuba viven el día a día con los mismos apuros que cualquier ciudadano común. No solo enfrentan jornadas largas y duras, sino que además luchan por conseguir comida, medicinas y artículos de primera necesidad.