La cosa entre Carlos Eduardo Espina y Alexander Otaola está más caliente que un mediodía en La Habana sin sombra. Todo comenzó como un cruce de palabras y terminó en una propuesta de debate con etiqueta de lujo: 50 mil dólares sobre la mesa.
Según contó el propio Espina, el influencer cubano no debatiría gratis ni aunque se lo pidiera su madre. “Ahora Otaola quiere que yo le suelte 50 mil para sentarse conmigo a debatir. Imagínate tú”, soltó el activista en uno de sus videos más recientes. El pedido vino justo después de que Otaola dijera que la idea del debate no era suya, sino de sus seguidores: “Ellos quieren que tú debatas conmigo. Son 50 mil dólares. Yo te invito al Mañanero, y ahí nos fajamos dos horas”, dijo el presentador con su típico estilo directo.
Pero lo que nadie se esperaba era la respuesta de Espina. Con una sonrisa pícara y sin titubear, el uruguayo aceptó el reto, pero con condiciones: “A ti no te voy a dar ni un centavo. Dime el nombre de alguna organización que realmente ayude al pueblo cubano, o a los presos políticos, y yo les doy los 50 mil directamente”.
Espina dejó claro que quiere convertir el show en algo positivo, y que si Otaola de verdad siente amor por su pueblo —como tanto proclama— no tendría razón para rechazar su propuesta. “Tú dices que eres líder del exilio, que luchas por Cuba… Pues vamos a hacer esto con propósito. ¿O el show va primero?”
Este encontronazo no es nuevo. Hace días que ambos se lanzan con todo desde sus respectivas plataformas. Espina no se mordió la lengua cuando dijo que Otaola no representa a su comunidad y criticó abiertamente su apoyo a la política migratoria de Donald Trump. Eso, como era de esperarse, prendió la chispa.
Otaola no se quedó callado y soltó veneno. Llamó “idiotas” y “vagos” a los seguidores de Espina, diciendo que eran los típicos que repetían como eco que “Trump es malo”, y que solo lo seguían fracasados y gente que vivía de ayudas. “A mí me sigue gente con billete, gente que invierte”, disparó el influencer cubano con su tono habitual.
Espina, lejos de amilanarse, contraatacó con clase y firmeza. Aseguró que Otaola no solo lo insultó a él, sino a una comunidad de más de 15 millones de personas que lo sigue fielmente. “Ese es el dolor tuyo. Que en tan poco tiempo, te pasé por encima. Y logré cosas que tú nunca vas a poder lograr.”
En su respuesta también le metió el dedo en la llaga: “La gente sabe distinguir entre un chismoso de esquina y alguien que sí está aportando algo útil a la sociedad. Por eso a ti no te quieren ni en tu barrio, y a mí me reconocen en todas partes”.
Y por si fuera poco, Otaola también tiene otro frente abierto, esta vez con el youtuber mexicano Luisito Comunica. El influencer cubano le cayó arriba por no mostrar lo “feo” de la situación en Cuba durante su viaje a la isla. Incluso insinuó que Luisito podría estar “cogido por la Seguridad del Estado”, como quien dice: “Lo tienen agarrado por donde no da el sol”.
Desde entonces, ha estado moviendo una campaña bajo el hashtag #CubaEsUnaDictadura, instando a sus seguidores a presionar al mexicano para que, según él, “cuente la verdad”.
Con todos estos fuegos encendidos, lo único claro es que Espina y Otaola están lejos de hacer las paces. Pero, al menos por ahora, parece que el micrófono no se va a soltar… y si se da el debate, será con causa y con billete pa’ los que realmente lo necesitan.
¿Aceptará Otaola el trato? ¿O se quedará en el show? Eso está por verse. Pero de que se sigue hablando, se sigue hablando.
