Si algo tiene TikTok es que un caldero hirviendo puede hacerse viral, y eso fue justo lo que pasó con La Guantanamera. Esta cubana, que ya nos tiene acostumbrados a su estilo auténtico y su sazón bien criolla, volvió a romper las redes con una caldosa de esas que huelen a barrio, a leña, y a fiesta familiar.
Con su cuenta @laguantanamera5, esta influencer criolla publicó un video donde se le ve preparando, paso a paso, una caldosa que hizo salivar a media Cuba y a la otra mitad que está regada por el mundo. En menos de un minuto, logró lo que muchos chefs con miles de seguidores no consiguen: despertar emociones.
El caldero burbujeante, lleno de maíz, costillas de cerdo, malanga, calabaza y otros sabores de la tierra, parecía un viaje directo a la infancia para muchos. “¡Esto es lo que yo extraño!”, comentaban cubanos desde Miami, Madrid o Montreal, con ese tono entre alegría y nostalgia que solo entiende quien ha dejado atrás su isla.
Lo más lindo del video no fue solo el plato, sino el mensaje detrás: en Cuba, se cocina con lo que hay. La Guantanamera fue clara: “Aquí se le echaba una sola carne porque no había más”. Y con eso dijo más que mil palabras. No hace falta lujo para que una comida tenga alma, y esa caldosa tenía de sobra.
La caldosa, también conocida como ajiaco en algunas provincias, siempre ha sido mucho más que un caldo. Es un símbolo de solidaridad, de comunidad, de ese gesto de invitar al vecino a “echarle algo al caldero” y compartir entre todos. Por eso no sorprende que este video despertara tantos comentarios cargados de emoción, de recuerdos y de puro amor cubano.
Pero claro, no todo es sabor. En medio de la crisis económica que vive Cuba, donde hasta una cabeza de ajo parece un lujo, muchos no tardaron en lanzar la pregunta que lo resume todo: “¿Y ahora, cómo hacemos un caldo así en este país?”. Y es que aunque el hambre de tradición sigue viva, el bolsillo no siempre coopera.
Lo que sí queda claro es que mientras haya una cocina encendida, una cubana con ganas de compartir y una red social para mostrarlo, la caldosa no va a desaparecer. Gracias a La Guantanamera, volvimos a probar —aunque sea con la vista— el sabor de lo nuestro.