La cosa en Santiago de Cuba está caliente, y no precisamente por el sol. En el reparto Sueño, un supuesto ladrón fue sorprendido en plena faena mientras intentaba llevarse un teléfono ajeno, y lo que vino después parece sacado de una película… pero bien criolla.
Según contó el comunicador independiente Yosmany Mayeta Labrada, los hechos ocurrieron en la calle B, entre 4ta y 5ta. Allí, varios muchachos del barrio, que ya estaban con los nervios de punta por la delincuencia, decidieron no esperar por la policía. Le cayeron arriba al tipo, lo amarraron con soga y le cantaron las cuarenta. Nada de contemplaciones.
“Aquí el que roba, paga”, fue la frase que más se repitió entre los testigos que no aguantan más la ola de robos que viene golpeando la zona. Y aunque parezca exagerado, la escena fue grabada y el video ha estado rodando por las redes, dejando a más de uno boquiabierto.
A simple vista, el video tiene un aire teatral, casi como si fuera una escena montada, pero basta con enfocar bien la cara del detenido para notar lo serio del asunto. Tenía el labio superior ensangrentado, lo que deja claro que el castigo vecinal fue más que verbal.
Después del escándalo, el hombre fue entregado a la policía y llevado a la 4ta Estación en Santa Bárbara, según narró Mayeta Labrada.
En redes sociales, la polémica está servida. Hay quienes aplauden la acción de los vecinos, diciendo que es “justicia popular porque las autoridades no hacen nada”. Pero otros llaman a la calma, preocupados por lo fácil que puede desatarse la violencia cuando la gente decide tomarse la ley por su mano.
Hasta ahora, ni pío han dicho las autoridades. No se sabe si el detenido será procesado, ni si habrá alguna consecuencia para los que lo retuvieron a su manera.
Este episodio no es el único. Días antes, en pleno centro de Santiago, otro grupo de ciudadanos detuvo a un arrebatero tras un robo, y también lo tuvieron firme hasta que llegó la patrulla. Y en Holguín, hace poco más de una semana, un intento de robo terminó con cuchillo, machete y un hombre herido luego de ser enfrentado por los vecinos.
La sensación de inseguridad se ha vuelto parte del día a día en muchas partes del país, y cada vez son más los casos donde los ciudadanos se ven forzados a actuar porque sienten que están solos frente al delito. Una tendencia peligrosa que mezcla cansancio, frustración y una alarmante falta de protección institucional.