Un momento lleno de ternura y humanidad ha tocado la fibra de miles de cubanos en redes sociales, luego de que se hiciera viral un video protagonizado por el joven barbero Jonathan Montalvo, quien decidió romper la rutina nocturna con un gesto que vale oro.
En las imágenes, compartidas por el propio Montalvo en sus plataformas, se ve cómo el muchacho se acerca a una madre joven que estaba vendiendo barras de maní… ¡a las 2:30 de la mañana! Sí, en plena madrugada, sola en una esquina, con la cara marcada por el cansancio y el corazón lleno de responsabilidad.
La mujer estaba batallando por llevar el pan a la mesa para sus dos hijos: uno de 13 años y otro de apenas dos añitos. Jonathan, al ver la escena, no pudo quedarse de brazos cruzados. Sacó de su bolsillo 3 mil pesos cubanos y se los entregó con un abrazo que lo decía todo. La muchacha no pudo contener las lágrimas, y ahí mismo, entre maní y madrugada, se vivió un instante de esos que no se olvidan.
“Bendiciones para todas esas madres cubanas que se parten el lomo por sus hijos, y en especial a la mía, que fue quien me enseñó a ser el hombre que soy”, escribió Montalvo en su publicación, que enseguida se llenó de comentarios agradecidos, aplausos virtuales y corazones por montones.
Este gesto sencillo pero cargado de amor ha sido recibido con admiración por los seguidores del barbero, quienes no solo lo elogiaron por su generosidad, sino también por poner el foco en una realidad que muchos prefieren ignorar: la lucha diaria de tantas mujeres en Cuba que, en medio de la escasez, el desvelo y la necesidad, se lanzan a la calle para no dejar que sus hijos pasen hambre.
La historia de esta madre —una entre muchas— es un espejo de lo que se vive en la isla, donde el rebusque, el comercio informal y las jornadas infinitas se han vuelto parte del día a día para quienes no tienen más opción que sobrevivir. Pero también es una muestra de que la solidaridad todavía tiene fuerza, y que un acto de bondad puede encender esperanza cuando más se necesita.