La esperanza vuelve a tocar a la puerta de muchos cubanos dentro y fuera de la Isla, y esta vez viene de la mano del recién electo Papa León XIV, un pontífice con conexiones profundas —y hasta personales— con Cuba. En ese contexto, el Consejo para la Transición Democrática en Cuba (CTDC) no perdió tiempo y le tiró un cabo al Vaticano: pidieron apoyo directo para los presos políticos y los reclamos ciudadanos de reconciliación y libertad.
En un comunicado difundido este lunes, el grupo opositor expresó que sueñan con contar con el respaldo del nuevo Papa, no solo como líder espiritual, sino también como aliado en la lucha por una Cuba más justa y libre. Aseguraron que sería clave que León XIV los reconozca como una fuerza política legítima dentro del tablero cubano.
“Confiamos en que Su Santidad escuche el clamor de nuestro pueblo”, decía el mensaje, cargado de simbolismo en este Año Jubilar de la Esperanza. El CTDC subrayó que el Papa puede jugar un papel crucial en la situación de los más de mil presos políticos y en las demandas de un cambio democrático real en la Isla.
“Sabemos que está del lado de los que sufren, de los que luchan por causas justas. Por eso creemos que puede tender puentes hacia la libertad y la reconciliación en Cuba”, añadieron con optimismo.
Cuba: una nación desbordada por la crisis
La plataforma también pintó el panorama actual de la Isla con tonos bien oscuros: una sociedad atrapada entre el hambre, la miseria, la violencia y la represión del Estado. A eso se suma un éxodo sin precedentes que ha desgarrado familias, fracturado comunidades y dejado a muchos sin más horizonte que la incertidumbre.
Según el CTDC, el proyecto de nación necesita un reseteo urgente, basado en valores democráticos, justicia y respeto a la dignidad humana. Su visión es clara: un Estado de Derecho donde la libertad no sea privilegio, sino un derecho para todos los cubanos.
Mientras tanto, desde el poder… palmaditas diplomáticas al Papa
Mientras la oposición pedía el oído del pontífice, el régimen cubano se puso su traje de gala diplomático. Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel enviaron mensajes de felicitación al nuevo Papa, con el típico lenguaje formal que no compromete nada pero suena bien.
En una nota oficial del MINREX, Raúl le escribió: “Confío en que su Pontificado contribuirá a la paz y el diálogo. Cuba seguirá fortaleciendo los lazos con la Santa Sede”. Casi al mismo tiempo, una delegación oficial voló hasta Roma para estar presente en la misa inaugural de León XIV.
Encabezando la comitiva estuvo Salvador Valdés Mesa, vicepresidente cubano, quien logró un breve saludo con el Papa. Lo acompañaban Caridad Diego, la mano dura del Partido Comunista en asuntos religiosos, y el viceministro de Exteriores, Elio Rodríguez. Según la versión oficial, le reiteraron al Papa su interés en mantener relaciones “positivas” con el Vaticano.
León XIV: un Papa con sabor cubano
Más allá de las buenas formas, hay una razón poderosa por la que los opositores confían en este nuevo Papa: tiene sangre cubana corriendo por las venas.
Un reportaje del diario El Mundo reveló que Robert Francis Prevost —ahora León XIV— tiene raíces maternas en La Habana del siglo XVIII. Su antepasado Manuel José Ramos nació en la capital cubana y más tarde emigró a Nueva Orleans.
Pero no se trata solo de linaje. El Papa conoce la Isla de primera mano. Estuvo en Cuba en tres ocasiones: 2008, 2011 y 2019, cuando aún era Prior General de la Orden de San Agustín y luego obispo. Visitó comunidades en Ciego de Ávila y Holguín, y compartió con familias humildes en sus casas, comiendo arroz blanco con picadillo, como uno más del barrio.
En una de esas visitas, Reiniel Jiménez Gil, un enfermero cubano, lo recordó con cariño en redes sociales: “El hombre se sentó con nosotros como si nos conociera de toda la vida. Se metió en el corazón del pueblo.”
En 2011, León XIV lideró la asamblea anual de los agustinos en Cuba y empujó fuerte para que la orden religiosa pudiera volver al país, después de haber sido expulsada en los años 60. Su intervención permitió el regreso gradual de los frailes a sitios clave como Chambas, Puerto Padre y La Habana Vieja.
También en 2019 regresó como enviado del Vaticano para participar en la clausura del Año Jubilar por los 500 años de la diócesis de La Habana. Reuniones con obispos, celebraciones litúrgicas y recorridos por el Seminario San Carlos marcaron su agenda.
Un Papa que no ve a Cuba desde lejos
Por todo eso, para el CTDC y muchos dentro de la oposición, León XIV no es un pontífice lejano, ni ajeno al drama cubano. Es alguien que conoce, que ha estado, que ha sentido la realidad del país en carne propia.
Ahora, con su nuevo rol al frente de la Iglesia Católica, ven en él una voz con peso y autoridad moral, capaz de mediar, de interceder y de sumar esfuerzos a favor de un cambio profundo.
La pregunta que queda flotando en el aire es clara: ¿León XIV escuchará el llamado de quienes piden libertad para Cuba, o se limitará a las formalidades diplomáticas?