El cantante cubano Ovi, nombre artístico de Ovidio Crespo, acaba de soltar una bomba que está haciendo eco en todas las redes. Esta vez, el protagonista de su más reciente arrebato no es otro colega del género, sino la influencer Samantha Espineira. ¿Qué pasó? Al parecer, la muchacha lo dejó de seguir en Instagram, y eso fue todo lo que Ovi necesitó para prenderle fuego al rancho.
Sin filtro, sin diplomacia y como buen exponente del “tiradera-style”, Ovi se fue con todo: “Se cree la última Coca-Cola del desierto, y hay 200 mejores que ella”, soltó, dejando claro que si hubo algo entre ellos, fue él quien no quiso más. Y lo dijo con esa mezcla de despecho y ego que ya se le ha hecho marca registrada.
Pero ahí no se detuvo. Según él, Samantha es de esas que solo están cuando el billete está fluyendo: “Ella es de las que está contigo cuando tienes todo, pero cuando aparece otro con más plata… chaooo”. Un dardo con veneno, sin duda. Aunque, claro, no faltan quienes dicen que eso suena más a herida de orgullo que a análisis serio.
Y por si quedaba duda del nivel de pique, Ovi lanzó otra revelación jugosa: Samantha quiso ir a su casa en Miami para que él le regalara ropa de BAPE, esa marca japonesa de streetwear que adoran los reguetoneros y que Ovi usa como uniforme de guerra. Lo más picante del asunto es que, según él, ella hizo esta movida estando con otro tipo.
¿Y cómo cerró el round? Con un “ya el boom tuyo pasó. Ni likes coges”, dejando clarísimo que para él, Samantha está en fase de declive digital y ya no tiene la relevancia que se cree. Una frase dura, sí, pero típica en un mundo donde los “likes” son más valiosos que la dignidad.
La reacción en redes fue inmediata. Algunos fans le aplaudieron el valor de decir las cosas sin tapujos: “No dijo ninguna mentira”, escribieron. Pero otros lo fulminaron: “Eso no es de hombres, eso es inseguridad disfrazada de arrogancia”. Y en medio de ese debate, la pregunta del millón es: ¿esto fue real o es otra jugada para mantenerse viral?
Porque si algo se ha convertido en regla entre los artistas urbanos cubanos (sobre todo los que viven en Miami), es que la polémica da más likes que una buena canción. Y Ovi sabe jugar ese juego mejor que muchos.
Mientras tanto, Samantha no ha respondido directamente, aunque su historial mediático ya le ha dado tela para cortar en el pasado. Recordemos que el año pasado fue tendencia tras aparecer en plan romántico con el mejor amigo de su ex… mientras este estaba preso por fraude bancario.
Y Ovi, fiel a su estilo, tampoco es ajeno al drama: hace poco lo vincularon con Hallel Génesis, ex del polémico Tekashi 6ix9ine. Y adivina qué hizo Ovi: la insultó públicamente para dejar claro que no quería nada con ella. Parece que si no hay escándalo, no hay Ovi.
