En Cuba uno ha visto de todo, pero lo que pasó en Báguanos, Holguín, dejó a más de uno con la boca abierta. Un hombre decidió secuestrar dos vacas con la intención de pedir un rescate de 60 mil pesos al dueño. Sí, como si fueran personas. Pero su plan se vino abajo cuando la policía le cayó arriba antes de que pudiera pedir ni un kilo.
El protagonista de esta película criolla se llama Juan Tomás Almenares, y según la página de Facebook Cazador-Cazado, ligada al Ministerio del Interior, robó los animales en el barrio Los Jobos con la esperanza de hacer negocio rápido. Pero lo que no contó fue con que las autoridades estaban más rápidas que él.
La página —que se especializa en exponer este tipo de delitos con un tono sarcástico y directo— no dejó pasar la oportunidad para darle una buena descarga al ladrón, criticándolo por querer vivir del trabajo ajeno y celebrando que la policía lo frenara a tiempo.
Aunque el caso tiene su toque insólito, no es más que otro episodio en una larga cadena de delitos relacionados con el ganado en la isla. En vez de pedir rescate, lo más común es que los animales terminen sacrificados en la sombra para vender su carne en el mercado informal, una práctica cada vez más extendida en el país.
Y es que con la crisis del campo, el hambre apretando y la vigilancia flaqueando, el robo y matanza ilegal de reses se ha convertido en un dolor de cabeza para los campesinos. Muchos trabajan duro pa’ criar sus animales y luego pierden todo en una noche por culpa de estas bandas.
No hay que irse muy lejos para ver ejemplos. En abril, en Mayarí, Holguín, se desmanteló un grupo de siete matarifes que operaban en comunidades rurales. Cuando los agarraron, tenían más de 400 libras de carne de res robada, cuatro vacas vivas y hasta cinco caballos. Todo listo para seguir con el negocio turbio.
En Santa Clara, Villa Clara, otro operativo logró desarticular otra red que también se dedicaba a ese negocio sucio del contrabando ganadero. Las autoridades están metiéndole mano al asunto, pero la magnitud del problema es más grande de lo que parece.
Según cifras oficiales, de enero a agosto de 2024, más de 1,600 personas fueron condenadas por delitos relacionados con el sacrificio y tráfico de carne de ganado mayor. La mayoría terminó con penas de cárcel, y un buen porciento de ellos recibió sentencias de hasta 15 años tras las rejas.
Pero si eso te parece preocupante, espera a leer lo que arrojó una fiscalización nacional del Ministerio de la Agricultura (MINAG). Entre marzo de 2024 y enero de 2025, se encontraron más de 181 mil irregularidades en el control del ganado: desde muertes sin declarar hasta desapariciones misteriosas y compraventas ilegales.
Las provincias que lideran el ranking de descontrol son Pinar del Río, Mayabeque y Las Tunas, donde más de mil casos aún esperan por ser procesados.