Lo que debía ser un acto solemne por el 130 aniversario de la caída en combate de José Martí, terminó convertido en un carnaval de memes, chistes y especulaciones espirituales. Todo gracias a una imagen bastante peculiar de Miguel Díaz-Canel, quien, en pleno homenaje en Dos Ríos, apareció abrazando con seriedad una muñeca negra de trapo, desatando una avalancha de burlas en redes sociales.
La escena parecía sacada de un sketch de Pánfilo, pero fue muy real. Según explicó la prensa oficial, el gesto aludía a un cuento infantil de Martí publicado en “La Edad de Oro”. Pero en internet, como es costumbre, la interpretación fue otra, mucho más criolla, irreverente y, sobre todo, crítica.
“¿Y ahora esto qué es?”, preguntó con ironía el activista Magdiel Jorge Castro, quien compartió la foto en su Facebook. La respuesta llegó rápido y cargada de chispa cubana. Un internauta soltó: “¿La Cintumbare parió?”, en referencia burlona a una influencer pro-gobierno. Otro, con el veneno agudo que ya caracteriza al cubano de a pie, comentó: “Está cargando a la nieta de Esteban Lazo”, tirándole directo a la cúpula del poder.
Y es que la imagen dejó a más de uno con la ceja levantada. El desconcierto fue general. “¿Y esa brujería cuál es ahora?”, soltó un usuario con cara de susto virtual. Mientras tanto, otros aprovecharon para lanzar dardos políticos disfrazados de chistes: “La muñeca negra en manos de Sincasa representa lo negra que está la situación en Cuba”, dijo Alejandro Perdomo, mezclando sarcasmo con crítica social.
La cosa no quedó ahí. Aloima López Cotarelo, con una mezcla de risa e indignación, comentó que la escena parecía más un altar de santería que un tributo a Martí. “Ese hombre no tiene materia gris”, remató sin anestesia.
Desde la página satírica La Tijera, la escena fue descrita como “Burundanga en Dos Ríos”, insinuando que lo de Canel con la muñeca tenía más de ritual que de gesto simbólico. Según ellos, el gobernante no soltó la muñeca ni un segundo, y hasta montaron la teoría de que la hija de una dirigente del PCC hizo como que se la regalaba para disimular el supuesto ritual. “¡Di tú!”, concluyeron.
Yosmany Mayeta Labrada también se sumó al vacilón, publicando una imagen donde la muñeca sostenida por Díaz-Canel tenía, ni más ni menos, el rostro de Beatriz Johnson Urrutia, la mandamás del PCC en Santiago. El mensaje fue claro: en Cuba, la sátira no descansa, ni siquiera en los actos oficiales.
Desde el perfil Leo Derecho, la cosa se puso más mística todavía. “Díaz-Canel, desesperado, se fue por la brujería”, escribió. Según su versión, una señora le habría recomendado llevar siempre consigo una muñeca “para que empiecen a llegar los logros revolucionarios”. Y remató con la pregunta que muchos se hicieron entre risa y suspicacia: “¿Será este el amuleto que traiga el cambio?”
La cosa es que ya no hay discurso oficial que no termine convertido en meme. En los últimos tiempos, el régimen ha protagonizado varios episodios virales: desde la marcha por el Primero de Mayo comparada con un rebaño, hasta el famoso cartel de ‘alquiler de tribuna por horas’, que terminó simbolizando, sin querer, el “socialismo a la carta” que vive la Isla.
Lo cierto es que la imagen de Díaz-Canel con la muñeca negra puso a medio país a reír… y a pensar. Porque cuando en vez de unir, un símbolo provoca choteo generalizado, el problema no está en el pueblo, sino en quienes ya no logran conectar ni con sus propias ceremonias.
Y al final, como siempre, el Apóstol quedó a un lado, mirando en silencio cómo su nombre sirve de telón para espectáculos cada vez más desconectados del sentir popular