Un avión de American Airlines tuvo que hacer una maniobra de esas que le suben la presión a cualquiera: un aterrizaje de emergencia en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana. ¿La causa? Nada más y nada menos que una ave despistada que chocó contra el tren delantero justo cuando la nave estaba en plena bajada, a solo 300 pies de altura.
La noticia fue confirmada por el mismísimo ministro del Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, y también replicada por medios oficiales cubanos. Según se explicó, el vuelo 837, identificado con la matrícula N9227NN, recibió el impacto en una zona fuera del perímetro inmediato del aeropuerto, pero lo suficientemente cerca como para poner en alerta a todo el mundo.
Ahora, aunque el avión logró tocar tierra sin contratiempos, la cosa se complicó cuando intentaron salir de la pista. El piloto notó que algo no andaba bien con el control direccional, así que decidió apagar motores y pedir ayuda para ser remolcado, siguiendo el protocolo al pie de la letra.
Rodríguez Dávila compartió en su cuenta de Facebook que el equipo de emergencia del aeropuerto actuó de inmediato, y entre las medidas tomadas estuvo la evacuación preventiva de los pasajeros, como manda el librito cuando hay situaciones de riesgo.
Una inspección inicial reveló que una tubería del sistema hidráulico del tren delantero se fracturó, probablemente a causa del impacto con el ave. Así que no fue solo un sustico: hubo daño real, pero nada que lamentar en términos de vidas ni lesiones.
Por ahora, las autoridades cubanas están en contacto con la aerolínea para coordinar la reparación de la nave, mientras los pasajeros fueron atendidos con la asistencia necesaria. El ambiente quedó tenso, como era de esperar, pero todo se manejó con calma.
Y por si fuera poco, este suceso llega apenas dos semanas después de otro aterrizaje de emergencia en el mismo aeropuerto, cuando un vuelo de Viva Aerobus, que cubría la ruta Miami-Mérida, tuvo que desviarse hacia La Habana debido a una falla en uno de sus motores. En aquel caso, la cosa también se puso fea, pero el piloto, Roger Alonso Castillo Rivas, fue aclamado en redes sociales por su destreza al aterrizar la nave sin que nadie saliera herido.
El vuelo 755 de Viva Aerobus, según informó el Consulado de México en La Habana a través de X (antes Twitter), logró aterrizar de emergencia gracias a la sangre fría y el temple del capitán, que se llevó el aplauso de los 215 pasajeros y de medio internet.