En la más reciente Mesa Redonda, el director de la Unión Eléctrica de Cuba (UNE), Alfredo López Valdés, no se anduvo por las ramas y soltó la verdad como viene: la situación del sistema eléctrico en la isla está en candela. Entre apagones larguísimos, falta de combustible y equipos viejos que ya no dan más, el panorama pinta oscuro… y no solo por la noche.
“Esto está serio”, dijo el directivo, explicando que hay zonas donde los apagones son tan prolongados que ni siquiera pueden rotar los circuitos como antes. Sin embargo, aseguró que se están enfocando en reparar cinco bloques generadores, que cuando entren al juego, podrían sumar más de 500 megawatts al sistema. Ojalá.
Aunque han logrado mejorar algo la disponibilidad de energía con la generación distribuida —hablamos de hasta 1.000 MW listos para usar—, el gran obstáculo sigue siendo el mismo de siempre: el diésel brilla por su ausencia. Sin combustible, no hay corriente, así de simple.
Este problema, que ya es el pan de cada día, se hace sentir con más fuerza en el horario pico y en los campos, donde la electricidad va y viene como si jugara al escondido.
El plan solar sigue en pie, pero no resuelve la crisis
A pesar de todos los líos, López Valdés aseguró que el proyecto para instalar parques solares fotovoltaicos continúa su curso. Se espera que para finales de 2025, el 10% de la electricidad del país venga del sol, una meta ambiciosa, aunque todavía insuficiente para acabar con los apagones.
Y por si el panorama no estaba lo bastante tenso, se viene otro golpe: las termoeléctricas Guiteras (Matanzas) y Felton 1 (Holguín) saldrán de servicio antes del verano por mantenimiento. Lo confirmó Lázaro Guerra Hernández, director de Electricidad del Minem, quien trató de calmar las aguas diciendo que “la intervención será breve para evitar males mayores”.
Pero la realidad es que los cortes eléctricos ya superan los 1.600 MW diarios durante el horario pico, y se estima que en julio la capacidad disponible rondará los 1.120 MW, bien por debajo de los 1.993 MW que deberían estar disponibles. Y aunque se espera una pequeña mejoría en agosto, todo indica que el verano será sudor y paciencia.
Más consumo, más calor, más colapsos
Desde 2018, Cuba ha importado más de 17 millones de equipos eléctricos y electrodomésticos, lo que ha disparado la demanda energética sin que la red esté preparada para ese salto. Y si a eso le sumamos el calor sofocante, tenemos la receta perfecta para que los transformadores se fundan uno tras otro, como pasó recientemente en La Habana, donde 10 transformadores dijeron “hasta aquí” en un solo día.
Mirando hacia el futuro, el país prevé tener 51 parques solares operativos para enero de 2026, capaces de generar unos 1.115 MW en conjunto. Sin embargo, los especialistas recuerdan que la energía solar es caprichosa y depende del tiempo: si hay nubes, hay problema. Por eso, se están explorando soluciones híbridas que combinen los paneles solares con acumuladores y motores térmicos, buscando darle más estabilidad al sistema.
Mientras tanto, los cubanos siguen enfrentando días sin ventilador, noches sin luz y rutinas marcadas por los horarios de apagón. La promesa de una matriz energética más limpia está en camino, pero la crisis actual no espera por nadie. La gente quiere soluciones, no excusas. Y sobre todo, quiere corriente.