¿Te imaginas vivir en un país donde cada vez hay menos gente, donde más personas se van de las que nacen, y donde el futuro parece escapar por el aeropuerto o por la selva del Darién? Pues eso es lo que está pasando en Cuba, donde más de 250,000 cubanos se fueron del país solo en 2024. Una cifra que no solo suena escandalosa, sino que pone en evidencia una realidad: la isla se está quedando sola.
Según datos oficiales de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), el 2024 fue un año para el olvido. Además de la estampida migratoria, se registró la menor cantidad de nacimientos en seis décadas, un aumento en las muertes y, como si fuera poco, una caída brutal en la población general respecto a 2023.
Para que tengas una idea: Cuba perdió en un año más de 307 mil personas. De esas, 251 mil se fueron del país. Y la cosa no mejora si miramos los nacimientos y muertes. Solo nacieron 71,358 cubanos (una cifra bajísima) y murieron 128,098. La cuenta es clara: hay más ataúdes que cunas.
Y mientras la isla se queda sin niños, los abuelos dominan el panorama: el 25,7 % de los cubanos tiene más de 60 años. Ya casi no hay municipios que crezcan, ni siquiera de forma natural. De hecho, solo uno mostró crecimiento total positivo. Sí, uno. De todo el país.
Pero si te parecían malas las cifras oficiales, agárrate: según un estudio del economista y demógrafo Juan Carlos Albizu-Campos, la cosa está peor. Él calcula que más de 545 mil cubanos se fueron en 2024, más del doble de lo que dice el gobierno. Con ese dato, la población real del país rondaría los 8 millones. ¡Una caída del 24 % desde 2020! Albizu dice que esto se parece más a lo que vive un país en guerra.
Y no es solo hacia Estados Unidos. Muchos cubanos también se van a México, España, Uruguay, Colombia, Serbia… La fuga es masiva. ACNUR reveló que más de 300 mil cubanos pidieron asilo solo en 2023, y 850 mil llegaron a EE. UU. desde 2022. ¿Cómo? Por donde sea: frontera sur, parole humanitario, balsas, lo que aparezca.
Gracias a la Ley de Memoria Democrática, miles han conseguido pasaporte español. Otros han tomado la famosa «ruta centroamericana», facilitada por la eliminación del visado a Nicaragua desde 2021. Un verdadero éxodo del siglo XXI.
¿Y qué dice el gobierno? Que hay que tener más hijos y que hay que quedarse. Pero sin políticas reales, esos llamados suenan a eco en un cuarto vacío. Para colmo, no se hace un censo desde 2012, lo que hace aún más difícil entender la magnitud del problema.
Este vaciamiento del país no es solo un dato demográfico. Está golpeando con fuerza al mercado laboral, a las pensiones, a la economía misma. Cuba se vacía, y no hay plan serio para detenerlo. Es como ver un barco que se hunde, y todos los que pueden, saltan por la borda.