La tarde del viernes se tornó tensa en una zona de Matanzas, cuando un choque aparatoso entre una rastra, un ómnibus y un auto de turismo sacudió la tranquilidad del lugar. La información, compartida en el grupo de Facebook “ACCIDENTES BUSES & CAMIONES por más experiencia y menos víctimas!”, rápidamente encendió las alarmas entre los internautas cubanos.
Aunque el susto fue grande y los daños materiales son visibles y serios, especialmente en la rastra que quedó hecha leña y en el ómnibus que resultó aplastado, hasta el momento no se han reportado fallecidos. Sí hubo varios lesionados, pero las autoridades aún no han dado una cifra concreta. Por suerte, el auto de turismo que también se vio envuelto en el accidente sólo sufrió daños menores.
Las imágenes que circularon en redes sociales dejan ver el tamaño del desastre. Los pasajeros del ómnibus tuvieron que salir como pudieron del vehículo, mientras algunos curiosos y testigos intentaban entender cómo fue posible que una rastra terminara chocando un ómnibus que, según dicen, estaba parqueado fuera de la vía.
Uno de los comentarios que más se repitió fue precisamente ese: “¿Cómo es posible que estando la guagua fuera de la carretera la hayan chocado igual?”. Muchos sospechan que un fallo mecánico pudo haber provocado que la rastra perdiera el control, llevándoselo todo a su paso.
Este hecho, que pudo haber acabado en tragedia, no fue el único accidente grave del día. También el viernes, otro suceso en la Autopista Nacional, en el kilómetro 277, provincia de Villa Clara, dejó un saldo devastador: cuatro muertos y tres heridos críticos. Fue una colisión entre un Peugeot 405 y un Geely MK, ambos con matrículas particulares. El Peugeot, según las fotos, quedó prácticamente irreconocible.
Los tres heridos fueron trasladados a toda velocidad al Hospital Provincial Arnaldo Milián Castro, donde el equipo médico hace lo posible por estabilizarlos. El pronóstico, por ahora, se mantiene reservado.
Estos dos accidentes, casi simultáneos, vuelven a poner sobre la mesa el tema que ya todos conocen pero pocos enfrentan: la crisis de seguridad vial en Cuba. Entre carros viejos, carreteras en mal estado y un sistema de mantenimiento casi inexistente, cada día en la calle es una ruleta rusa. Y los cubanos lo saben.
“Esto ya no es normal, es que cada día pasa algo nuevo y peor”, comentaba un usuario en redes, reflejando el sentimiento generalizado de angustia ante una realidad que parece no tener freno.