La violencia volvió a sacudir a la comunidad cubana en Guyana con el trágico asesinato de la joven Davely Morales, una muchacha de apenas 21 años, quien perdió la vida de manera brutal a manos de su padrastro el pasado viernes por la noche, en pleno corazón de Georgetown.
El presunto agresor es Wispriey Alfonso, también cubano, de 40 años, quien no solo acabó con la vida de Davely, sino que hirió gravemente a su madre, Milaysi Rodríguez, antes de darse a la fuga. Todo ocurrió en un apartamento rentado en Pike Street, Kitty, donde la familia —recién llegada desde Cuba hacía apenas un mes— trataba de comenzar de cero.
Lo que pasó esa noche fue puro espanto. Según fuentes policiales y medios locales, los gritos rompieron el silencio del edificio cerca de las 7:00 p.m. Un vecino, al escuchar la conmoción, se acercó al apartamento número 1 y lo que vio le heló la sangre: Alfonso estaba atacando con una hacha de carnicero a la madre de la víctima, mientras el cuerpo ensangrentado de Davely yacía en el suelo.
A pesar del estado en que quedó, Davely tuvo fuerzas para levantarse y salir tambaleándose del apartamento, pero cayó en el pasillo. Los equipos de emergencia llegaron de inmediato, pero ya era demasiado tarde para salvarle la vida. Milaysi, por su parte, fue trasladada de urgencia al Hospital Público de Georgetown, donde se debate entre la vida y la muerte con múltiples heridas por arma blanca.
El reporte preliminar indicó que la joven presentaba profundos cortes en manos, cuello y mandíbula. Su cuerpo fue llevado a la funeraria Memorial Gardens para una autopsia que determine oficialmente la causa de su muerte.
Como si el crimen no fuera lo suficientemente escalofriante, el asesino se entregó horas después en la comisaría de Kitty, portando aún el cuchillo ensangrentado con el que cometió la atrocidad. Ahora está detenido, bajo custodia, y las autoridades locales ya abrieron una investigación formal por homicidio.
Hasta el momento, no se ha divulgado qué desató el ataque, y ni la policía ni la embajada cubana en Guyana han ofrecido declaraciones públicas. Sin embargo, la conmoción entre los cubanos en Guyana es profunda y creciente.
Este crimen ha removido viejas heridas dentro de una comunidad marcada por la migración forzada y la vulnerabilidad de muchos compatriotas que llegan buscando un futuro mejor. En los últimos años, los casos de violencia contra cubanos han ido en aumento, como lo demuestran asesinatos recientes como el de José Aurelio Ramírez, apuñalado en abril en East Coast Demerara, y Yuni Zamora Castro, quien fue asesinada en octubre pasado por su pareja en Georgetown.
Cada historia deja una cicatriz, y esta vez le tocó a Davely, una joven que apenas comenzaba su vida en tierra ajena, truncada por un acto de violencia sin sentido. El caso no solo evidencia la brutalidad del suceso, sino también la urgente necesidad de protección y atención a los migrantes cubanos, que muchas veces cargan con más que sus maletas. También traen heridas invisibles que la desesperación, el exilio y el abuso no paran de abrir.