Miguel Díaz-Canel volvió a soltar una de sus perlitas durante una visita a Cienfuegos, y como ya es costumbre, las redes no se hicieron esperar para bajarlo de la nube. En medio de una crisis alimentaria que tiene al país colgando de un hilo, el gobernante afirmó que, aunque no haya combustible, “se está sembrando mucha comida”. Así, como si eso bastara para llenar los platos vacíos de millones de cubanos.
El discurso, tan enredado como confuso, dejó más preguntas que respuestas. Según Díaz-Canel, “en estos tiempos sin combustible, hay gente que está haciendo cosas, sembrando, buscando soluciones… y eso demuestra que sí se puede”. Pero la gente en la calle sabe que del dicho al hecho hay un buen trecho, y lo que se está sembrando más bien es incredulidad.
Cienfuegos no escapa al desastre agrícola que azota a toda la Isla. Las cosechas han caído estrepitosamente, y los anaqueles vacíos en los mercados son el mejor testimonio de que las promesas del gobierno no se comen. Lo peor es que, mientras los discursos oficiales hablan de siembras y unidad, la realidad es que cada vez son más los cubanos que dependen de remesas para sobrevivir o simplemente hacen magia con lo poco que encuentran.
En Facebook, la activista Idelisa Diasniurka Salcedo Verdecia le dio candela al asunto, compartiendo fotos de la visita y soltando una frase que se volvió viral: “¡Puesto a dedo, eres un Pinocho!”. Y es que la paciencia del pueblo ya está que se derrama, porque los recorridos de Díaz-Canel por las provincias son más teatro que soluciones, con encuentros cuidadosamente preparados donde solo se escucha lo que el gobierno quiere oír.
La crisis alimentaria, lejos de mejorar, ha tocado fondo. Según cifras oficiales, la producción de cerdo bajó más de un 93% en 2023. El arroz, ese que nunca puede faltar en la mesa del cubano, también está escaso, igual que los frijoles, el aceite, y hasta el pan de la bodega. La libreta de racionamiento, que antes aliviaba un poco el apretón, está prácticamente en cuidados intensivos.
Lo más triste es que uno de cada cuatro cubanos se acuesta sin cenar. No porque quiera hacer dieta, sino porque no hay qué comer o el dinero no alcanza ni para un pan con algo. Mientras tanto, los discursos oficiales siguen en una burbuja, hablando de siembras que nadie ve y de soluciones que no llegan.