La madrugada del viernes 24 de mayo trajo consigo otro capítulo de descontento popular en Cuba. Esta vez, las calles de Bayamo y Cienfuegos se convirtieron en escenarios de protesta, con vecinos que, hartos de los apagones eternos y la escasez que no da tregua, salieron a hacer ruido… y no precisamente en silencio.
En Bayamo, específicamente en el reparto La Bayamesa, la cosa se puso tensa. Vecinos de la calle 16 de Rosa llevaban más de 36 horas sin ver una chispa de luz, y como es lógico, el malestar estalló. En los videos que volaron por las redes se ve a la gente caminando con linternas, gritando sus verdades en plena oscuridad. No era una fiesta, era una protesta.
En otra zona, la calle 22, testigos contaron que llegaron los boinas negras con perros, como si eso fuera a calmar los ánimos. Pero mira tú qué cosa: al rato volvió la corriente, como quien dice “pa’ que se callen”. El pueblo respondió con más energía aún. Una usuaria que compartió los videos soltó en caliente: “¡Cobardes que son los comunistas! No se rindan, el pueblo manda”. Su mensaje acompañaba imágenes de vecinos en plena calle, alumbrados solo por linternas y celulares, pero con el espíritu encendido.
En Cienfuegos también se sintió la cosa. Desde el mismísimo Parque Martí, otro video captó gritos y un ambiente bien agitado. Aunque algunos pusieron en duda si el material era reciente, nadie negó que el malestar en la ciudad es real. Y más allá de este clip, hay quienes aseguran que las manifestaciones no han parado.
Este brote de inconformidad no es nuevo. Desde hace días el oriente cubano está caliente. En Santiago de Cuba, por ejemplo, los vecinos de Micro 9 se lanzaron a la calle a pedir lo básico: comida, corriente, un respiro. “¡Queremos comida!” y “¡Abajo la dictadura!” se han vuelto el eco de cada noche, y los teléfonos no paran de capturar esas escenas que luego revuelven las redes.
La cosa es que la crisis energética que revienta a media Cuba no solo apaga bombillos, también está alimentando un descontento popular cada vez más difícil de apagar. Así lo reportó hace poco CubaCute Noticias, que dejó claro que los apagones son solo la chispa de una hoguera que crece cada día.
Y como era de esperar, ya hay reportes de lo de siempre: represión, detenciones, policías por donde quiera, y lo más moderno del control… cortes de internet a la carta en las zonas problemáticas. Todo apunta a que mientras el pueblo grita en la oscuridad, el sistema sigue respondiendo con silencio, apagones y censura.
Pero como dicen en la calle: “Cuando el pueblo se levanta, no hay apagón que lo apague”. La presión sube, la chispa está encendida, y la calle, esa sí que no miente.