Mientras el cubano de a pie suda la gota gorda en medio de apagones eternos, el régimen cubano se mandó este sábado su show habitual: el ejercicio Meteoro 2025. Todo un despliegue de tecnología, aires acondicionados a to’ meter y pantallas encendidas en plena crisis energética. La contradicción salta a la vista: celebran cómo actuar en desastres… mientras el desastre ya está pasando y lo vive el pueblo, no los dirigentes.
La actividad estuvo dirigida por Miguel Díaz-Canel, que como presidente del Consejo de Defensa Nacional, reunió a los jefazos en salones fresquitos, rodeados de confort y lejos del agobio que aprieta en los hogares cubanos. Desde La Habana hasta Santiago de Cuba, pasando por Matanzas, los funcionarios se conectaron sin problema alguno a videoconferencias gracias a un sistema eléctrico que, milagrosamente, no falló en sus oficinas.
El general Ramón Pardo Guerra, jefe de la Defensa Civil, se comunicó tranquilamente desde la capital con las provincias, demostrando que cuando el gobierno quiere, la corriente aparece. Y claro, todo sin apagones, sin calor, sin escasez… como si vivieran en otra isla.
Mientras tanto, la realidad para el resto de Cuba es bien distinta. Con la Central Termoeléctrica Guiteras fuera de servicio, y un déficit que ronda los 1,600 megavatios, las noches sin luz se han convertido en rutina. Los cubanos ya no pueden ni refrigerar los alimentos, ni bombear agua, ni dormir tranquilos. Y todo esto sucede mientras el gobierno juega a los simulacros con aire fresco y todo el confort del mundo.
Las críticas en redes sociales no se hicieron esperar. “Para ellos sí hay electricidad y aire acondicionado, el pueblo que aguante con creatividad y paciencia, como dicen en la Mesa Redonda”, soltó un internauta molesto. Otro no se quedó callado y remató con una frase que resuena fuerte en estos días: “No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”.
A eso súmale que otras dos unidades están apagadas: la número cinco de la CTE Nuevitas y la dos de la CTE Felton. Además, la generación distribuida está hecha leña. Casi 50 centrales sin combustible, más de 80 megavatios sin aceite y una patana completa apagada en Melones. En total, unos 519 MW están fuera del sistema por falta de recursos básicos. Es decir, la red eléctrica está colapsada, pero el régimen se da el lujo de jugar a los entrenamientos como si nada.
La contradicción no puede ser más clara. Mientras el país entero sobrevive a base de velas, abanicos y esperanza, los salones del poder están refrigerados, con tecnología de punta y energía de sobra. La pregunta que muchos se hacen es: ¿cuándo se van a bajar del aire acondicionado para sentir lo que de verdad está pasando allá afuera?