El jefe de la misión de EE. UU. en Cuba, Mike Hammer, no se anda con rodeos. Desde que puso un pie en la isla, ha estado bien activo, hablando con todo el mundo y, lo que es más importante, contando lo que ve. Y ahora, desde una conferencia de prensa en Miami, soltó varias bombas que están sacudiendo tanto a La Habana como al exilio.
Hammer confirmó lo que muchos sospechaban: el régimen lo tiene bien vigilado. “Veo Ladas por todos lados”, dijo, en referencia a esos clásicos autos soviéticos que todavía usa la Seguridad del Estado para seguir a todo el que les incomoda. Hasta bromeó con eso: “Si giramos a la derecha, ellos giran a la derecha. Si giramos a la izquierda… también”. Lo que no es broma es el nivel de seguimiento y grabaciones que dice estar recibiendo. “Nos están filmando constantemente”, aseguró. Pero lo dejó claro: no le preocupa, porque él está actuando de forma completamente transparente.
Lo que sí le molesta, según dijo, son las campañas en redes sociales —lanzadas por las famosas “ciberclarias”— para boicotear o interrumpir sus visitas. Aun así, lanzó una indirecta bien directa al régimen: “Cualquier Estado debe proteger a un diplomático”. Así que ya están advertidos.
Pero lo más fuerte no fue eso. Hammer fue al grano: “La Revolución ha fracasado”. Así, sin anestesia. Contó que ha recorrido las 15 provincias del país y lo que ha visto es desolador: apagones, escasez de combustible, falta de comida y medicamentos, y una población que ya no se traga el cuento del bloqueo. “La gente sabe que los responsables son los del régimen”, dijo.
Obviamente, desde La Habana no se quedaron callados. Johana Tablada, una de las voceras del MINREX, le respondió en Cubadebate con el típico guion: que todo es culpa del “bloqueo”, que Hammer es un injerencista, y que está financiando a la oposición. También dijo que su rueda de prensa buscaba “instalar un discurso de Estado fallido sobre Cuba”. Como si hiciera falta instalarlo.
Lo cierto es que las visitas del diplomático han molestado bastante. Desde su llegada en noviembre de 2024, Hammer no ha parado de reunirse con activistas, familiares de presos políticos y hasta sectores vinculados al propio sistema. Eso ha llevado al régimen a protestar formalmente en varias ocasiones, acusándolo de “violaciones al protocolo diplomático”.
Y como si fuera poco, Hammer dejó otra advertencia en Miami: las sanciones que Estados Unidos ha anunciado contra funcionarios cubanos apenas comienzan. “Vendrán más, eso sí lo puedo asegurar”.
¿El resultado? Una tormenta política que sigue creciendo. Mientras Hammer dice que está escuchando al pueblo, el régimen responde con más propaganda. Y en el medio, millones de cubanos siguen esperando algo más que discursos.