El dolor de una madre cuando su hija desaparece es algo que no tiene palabras… pero Maura Vázquez, madre cubana, ha intentado ponerle voz al suyo con una carta tan sentida que ha conmovido a miles en redes sociales. Su hija, Doraiky Águila Vázquez, de 48 años, desapareció en La Habana el pasado 15 de marzo, y desde entonces, la vida de esta familia se ha detenido.
A través de su cuenta de Facebook, Maura compartió un mensaje que es puro amor, esperanza y resistencia. En sus palabras se siente el corazón latiendo fuerte, aferrado a los recuerdos, al cariño y a la promesa firme de no dejar de buscar.
“Cada vez que miro tus fotos, hija, me vuelven aquellos momentos hermosos… desde que supe que venías en camino. Me agarro a esos recuerdos como a un salvavidas, porque me dan la fuerza que necesito para no parar”, escribió la madre con un tono íntimo, directo y desgarrador.
Desde su desaparición, la familia ha vivido en una montaña rusa de emociones: incertidumbre, dolor, impotencia… pero también una fe que no se rinde. La carta refleja todo eso y más. “Fuiste perdida sin poder encontrarte. Pero mamá sigue aquí, firme, sacando coraje para seguir hasta hallarte”, promete Maura, en una línea que golpea el pecho con fuerza.
Y como broche final, deja una frase que estremece: “Nos veremos muy pronto, hijita de mi corazón.” Porque una madre nunca se rinde. Y menos cuando se trata del amor más profundo que puede existir.
La historia de Doraiky tocó fibras sensibles en toda Cuba desde que se conoció su desaparición. En marzo, en medio de un apagón general, se perdió su rastro. Desde entonces, la familia ha movido cielo y tierra, difundiendo fotos en redes sociales, haciendo llamados públicos y pidiendo ayuda a toda la comunidad.
Uno de los aspectos más delicados del caso es que Doraiky sufre episodios de pérdida de memoria, lo que ha hecho que se desoriente con facilidad. Según su madre, en los días previos ya venía mostrando señales de confusión, pero nunca imaginaron que llegaría a desaparecer sin dejar rastro.
La familia ha ofrecido una recompensa de 350,000 CUP a quien pueda aportar datos concretos sobre su paradero. Pero hasta ahora, no ha habido avances. Y eso ha hecho crecer la angustia en su entorno y también en una ciudadanía que empieza a alzar la voz por tantas desapariciones no resueltas en el país.
El caso de Doraiky no es aislado. En Cuba, cada vez son más frecuentes los reportes de personas desaparecidas, y lo más alarmante es la ausencia de un sistema eficiente para buscarlas o brindar información clara y oportuna. Mientras tanto, son las familias, con el alma en vilo, las que llevan la carga más dura y hacen todo lo posible por no dejar caer el nombre de sus seres queridos en el olvido.