Después de una larga espera que puso a prueba la paciencia de muchos en el oriente cubano, un barco cargado de gas licuado de petróleo (GLP) atracó este lunes en el muelle de la Refinería Hermanos Díaz, en Santiago de Cuba. Con él, llegó también un poco de alivio para los hogares que llevaban meses cocinando con carbón o haciendo malabares para preparar los alimentos.
La refinería lo anunció con bombos y platillos en sus redes sociales: “la descarga empezará en cuestión de minutos”, aseguraron, dejando claro que el equipo está consciente de la magnitud del momento y que están trabajando para que todo fluya sin tropiezos.
Desde la empresa estatal Cupet también se confirmó que ya comenzaron las labores para vaciar el tanquero, y que en pocas horas arrancaría la distribución, en línea con el plan que las autoridades energéticas ya habían adelantado.
Una operación a todo tren para devolver el GLP a los hogares
El vocero oficialista José Yaser Centray Soler fue uno de los primeros en dar detalles del nuevo calendario. Citando a Lisset González Sardinas, directora de la División Territorial de Comercialización de Combustibles en la provincia, explicó que la venta de gas arranca este mismo martes en Santiago de Cuba, y que la meta es abastecer al 100% de la población en apenas 24 días.
Según las autoridades, hay cobertura suficiente para todos los clientes y se están extrayendo 14 mil cilindros diarios de la planta de llenado. De ese total, 7,500 se quedan en Santiago y el resto se reparte entre las demás provincias orientales. Todo está fríamente calculado: 4,000 balitas por la mañana y 3,500 por la tarde, siempre que no haya “baches industriales”, como dicen ellos.
Durante los primeros días, se priorizarán los edificios altos del municipio cabecera, como los famosos 18 plantas de Garzón, Martí y Micro 9, así como zonas como Trocha, Versalles y el Centro Urbano José Martí. El reparto empezará desde las Casas Comerciales del distrito José Martí, tocando lugares como El Cobre, Melgarejo y Boniato.
Desde ahí, se extenderá a otras zonas del centro y luego a los distritos Antonio Maceo y Abel Santamaría, incluyendo el poblado de El Caney. A medida que pasen los días, el gas irá llegando a barrios más alejados como El Brujo, Sevilla, El Espardillo y El Castillito. Todos los detalles se irán compartiendo a diario por el canal de Telegram oficial y otros medios.
Cada punto de venta tendrá su cuota: al menos 164 cilindros por día. En las primeras vueltas se atenderá a quienes no han visto el gas desde enero (sí, así de serio estuvo el apagón). Luego se irá avanzando según la fecha de la última compra, con un límite de una balita por núcleo familiar durante todo este ciclo.
Nueva organización para evitar el desorden
Para que todo marche lo más organizado posible, también se activará la app “Ticket”, que asignará 80 turnos diarios, funcionando de forma paralela a las colas físicas. Estas, por cierto, cambiarán su estructura: ahora habrá tres segmentos en vez de cuatro y se definieron nuevos equipos de apoyo para cada punto de venta. En otras palabras, se busca meterle orden al relajo.
Un respiro necesario en medio de una crisis dura
La llegada del gas no podía ser más oportuna. En los últimos días, la situación en Santiago era un hervidero. Entre la falta de arroz, el GLP desaparecido y la gente cocinando con carbón como en los tiempos de antes, la cosa estaba color de hormiga.
Y no era solo en el oriente: en Villa Clara también se había parado la venta por falta de producción. La empresa estatal pedía paciencia, pero no soltaba ni una fecha, lo que aumentaba la tensión en la calle.
