Desde el confort de su carrito, con el aire puesto a millón y una actitud que se come el mundo, Milenita ha vuelto a hacer de las suyas en TikTok, y esta vez lo hizo con tanto estilo que no dejó títere con cabeza. Entre seguidores que la aplauden y otros que no saben ni qué pensar, lo que está claro es que ella no pasa desapercibida ni queriendo.
“Tírame ahí, titi”, dice desde su trono con ruedas, soltando esa frase que ya es marca registrada. Vestida con su mejor versión de ella misma, muestra unos labios rojo intenso, cachetes encendidos como si hubiera dado tres vueltas al Capitolio corriendo, y un delineado de ojos tan filoso que parece sacado de un anime.
“Hoy me pinté más linda que nunca, como me gusta a mí”, suelta con una sonrisa que ilumina hasta el malecón. Porque si algo tiene Milenita, además de carisma, es una autoestima sólida como el muro de contención de Cojímar. Ella se bautizó como «la muchacha de la sonrisa amplia», y créeme, no miente.
Su risa es de esas que te atrapan, que no se pueden fingir. Y cuando le llegan los comentarios, que van desde los aplausos hasta las burlas camufladas de crítica, ella se los sacude como quien se quita el salitre de los hombros. Con esa mezcla de desparpajo y swing, responde cantando: “No me importa lo que digan de mí”, y te queda claro que es verdad.
En los comentarios hay de todo un poco. Hay quien se pregunta si el maquillaje es solo parte del personaje. Otros la defienden con uñas y brochas: “Cada quien se pinta como le dé la gana”. Algunos piden tutoriales, otros simplemente no pueden con tanta seguridad y lo disfrazan de sarcasmo.
Pero Milenita, sin perder ni un gramo de su luz, sigue ahí, bailando con ella misma, tocándose con cariño, celebrándose en cámara lenta y en vivo, como debe ser. Para ella no hay personaje, la vida es su escenario, y TikTok, su público fiel (o por lo menos, entretenido).
Con cada video, Milenita le grita al mundo que ser uno mismo no solo está bien, es lo más sabroso que hay. Y si hay que pintarse como para ir al carnaval de Santiago aunque sea martes en La Habana, pues se pinta. Porque como ella misma dice, «aquí, disfrutando de la vida», y eso ya es un mensaje más poderoso que cualquier filtro.
Que hablen, que opinen, que se frustren. Milenita seguirá con su brillo, su voz sin miedo y su boca roja bien plantada, porque su mayor talento no es el maquillaje, es la libertad de ser feliz a su manera.