La usuaria cubana de TikTok conocida como @kary_y_jony ha encendido las redes con un video que, lejos de presumir, pone sobre la mesa una verdad incómoda: desayunar decentemente en Cuba se ha vuelto un privilegio.
El video arranca como tantos otros con la frase cliché: “Esto es lo que desayuno un día viviendo en Cuba”, pero la joven le da un giro inesperado y sincero. En vez de mostrar su mesa con orgullo, cuestiona la normalización de lo que muchos influencers venden como “cotidiano”, cuando en realidad no lo es para la mayoría de los cubanos.
«Tener café en Cuba ya es un lujo. Así que imagínate si encima tienes leche, pancakes… eso lo ha probado muy poca gente aquí», comenta con honestidad. Y no lo dice para llamar la atención, sino para abrir los ojos sobre una realidad que se esconde tras filtros y hashtags.
También dejó claro que ese desayuno no es su rutina diaria. “Gracias a Dios y a nuestros seguidores, hoy podemos desayunar esto. Pero ni los profesionales en Cuba se pueden dar este lujo”, confiesa, con un tono que mezcla gratitud y preocupación. Reconoce que no todo lo que aparece en cámara termina en su estómago: «No creas que me lo como todo yo sola ni que esto es todos los días», dice entre risas.
Una invitación a hablar claro en las redes
Antes de cerrar el video, soltó una reflexión que muchos recibieron como un llamado de atención: “Tenemos que ser más empáticos y sinceros en las redes”. Y para involucrar a su audiencia, lanzó una pregunta al aire: “Coméntame, ¿qué es lo más común desayunar en Cuba?”.
La respuesta no se hizo esperar. Algunos hablaron de agua con azúcar, otros con sarcasmo dijeron que su desayuno eran “disgustos” o directamente negaron que lo que ella mostró sea algo “de Cuba”. La frase que más se repitió fue simple y dura: “Eso no es la realidad de la mayoría”.
También hubo quienes aprovecharon para dar ideas prácticas sobre cómo estirar el desayuno con lo poco que hay, mientras otros acusaban a la influencer de estar “mantenida” o de recibir ayuda del exterior. Pero incluso entre las críticas, se notó que su video tocó una fibra sensible.
Más que un desayuno: una muestra de desigualdad
Este contenido se suma a una ola reciente en redes donde mujeres cubanas muestran lo que comen en las mañanas, muchas veces sin intención de polemizar, pero igual desatando controversia. Una mostró fresas de su jardín, otra improvisó con azúcar prieta, y una más juntó desayuno y almuerzo en un solo plato para ahorrar. Todo eso refleja el malabares diario que se vive en las cocinas cubanas.
El gran ausente en muchos de esos platos es el café. Lo que antes era casi sagrado en cualquier casa cubana, hoy se ha convertido en un lujo inalcanzable para muchos. Las provincias que históricamente llenaban las tazas, como Guantánamo y Santiago, no están cumpliendo con los planes de recolección, y el grano muchas veces ni siquiera llega a las bodegas.
El gobierno intenta ponerle parches al problema con proyectos como Innova Café Guantánamo, financiado por la cooperación andaluza, pero la realidad es otra: el café en Cuba, si no viene en un paquete de afuera o no se compra en el mercado informal, no aparece ni por milagro.
Y cuando por fin llega a la bodega, como pasó hace poco en Holguín, la gente lo celebra como si fuera Navidad. Una joven compartió cómo después de cinco meses por fin pudo recoger su ración de café, justo antes del 1ro de Mayo. Para ella, eso no fue casualidad, sino un “gesto de propaganda” para tener al pueblo un poco más contento.
Mientras tanto, en Santiago, las fincas cafetaleras siguen esperando por insumos, pagos y trabajadores. Y así, el tradicional buchito de café se ha vuelto símbolo del desencanto nacional, una metáfora perfecta de cómo en Cuba, del campo a la mesa hay una distancia inmensa.
Más que un video: una conversación necesaria
Lo que hizo @kary_y_jony fue romper con la fantasía que a veces se ve en redes. No habló desde el juicio, sino desde la experiencia. Reconoció sus privilegios sin esconderlos, pero también puso en palabras lo que muchos sienten: que en Cuba, incluso lo más básico, se ha vuelto difícil.
Su video no solo mostró un desayuno, sino una realidad que muchos viven en silencio. En tiempos donde lo “instagrameable” muchas veces reemplaza lo auténtico, esta joven cubana optó por mostrar lo real, y eso, aunque incomode, es lo que más falta hace.