Como si fuera un disco rayado, el Gobierno cubano vuelve a sacar del sombrero la promesa de que “lo peor ya pasó y lo bueno está por venir”. Esta vez, el presidente Miguel Díaz-Canel lo dijo en un adelanto de su podcast Desde la Presidencia, compartido en la red social X, donde se mostró optimista (una vez más) sobre el tema que más saca de quicio a los cubanos hoy: los apagones.
Acompañado del ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, y del director de la Unión Eléctrica, Alfredo López Valdés, el mandatario soltó la bomba: “En julio, habrá menos apagones que en mayo”. Como si mayo hubiese sido una brisita ligera, cuando en realidad ha sido un mes de infarto para los cubanos, con cortes interminables de luz, calor sofocante, y protestas ya visibles en Bayamo, Santiago de Cuba y Cienfuegos.
Promesas solares en medio del apagón
Díaz-Canel intentó meter algo de esperanza soltando cifras de energía solar: en marzo, según él, la generación fotovoltaica apenas alcanzaba los 107 megawatt/hora; ahora están en 1.437 megawatt/hora, y prometen llegar en julio a más de 500 MW instalados en parques solares. «¡Un salto de más de diez veces!», dijo él, como si eso bastara para calmar al pueblo. Eso sí, no explicó a cuántos hogares llegará esa energía, ni por cuánto tiempo. Detalles, ¿pa’ qué?
Pero enseguida, el ministro Vicente de la O aterrizó al presidente de una: «No podemos asegurar que lleguemos a cero apagones», soltó con cara de “yo no fui”, echando por tierra el triunfalismo. O sea, promesas arriba, realidades abajo.
Una estrategia que no alumbra
Pese a eso, el ministro insistió en que esto no es otro parche, sino parte de un plan serio para que “Cuba sea energéticamente sostenible”. Según él, el Partido y el Gobierno “están conscientes de la gravedad del problema” y se la pasan buscando soluciones. Lo que no dijo es por qué esas soluciones siempre están a la vuelta de la esquina… pero nunca llegan.
Y mientras el pueblo suda la gota gorda en plena crisis, el régimen no tuvo pudor en confirmar esta semana que los apagones seguirán todo el verano. ¿La excusa? La misma de siempre: calor brutal, demanda eléctrica por las nubes, termoeléctricas rotas, y combustible que no aparece ni con oración a Santa Bárbara.
Cifras que no cuadran
Lázaro Guerra Hernández, jefe de electricidad del Ministerio de Energía, explicó al diario Trabajadores que, para los próximos meses, la generación disponible será de 1.935 MW, pero la demanda puede dispararse a 3.500 MW. Un hueco de más de 1.500 megas que no se llena con promesas, ni con paneles solares recién puestos.
Y aquí viene la guinda: esta no es la primera vez que prometen una mejoría en verano. Ya en 2024 la Unión Eléctrica dijo lo mismo: “Este verano va a ser mejor”. Pero el tiempo se encargó de desmentirlos, y para septiembre de ese mismo año, el propio ministro tuvo que admitir que no cumplieron, echándole la culpa, cómo no, al combustible que nunca llega.
Apagones con menos gente en la Isla
Dicen que quieren generar 500 MW más, para una población que, según ellos, es de 9,7 millones de personas. Sin embargo, estudios independientes calculan que en realidad quedan unos 8 millones. Así que, con menos gente, el apagón es más largo. Como quien dice, el apagón te toca más rato porque hay menos con quién compartirlo.
Un país al límite
El tema de la electricidad es apenas una chispa más en el incendio. Cuba hoy vive una situación crítica: no hay comida, no hay medicinas, no hay transporte, ni siquiera se recoge la basura. Más de medio millón de personas murieron entre 2020 y 2024, según datos oficiales. En lo que va de este año, 46 millones de personas han usado las guaguas públicas, muchas de ellas viejas, rotas y sin piezas. Y cada día, según cifras internas, se queda sin recoger basura equivalente a tres piscinas olímpicas.
Así, en este contexto desolador, el régimen tiene el valor de anunciar que necesitará tres años más para “recuperar” el sistema eléctrico nacional. O sea, la luz al final del túnel… no es más que otro apagón.