En Matanzas parece que los incendios tienen mala memoria… o muy buena, porque volvieron a arremeter contra el mismo lugar: el famoso Ranchón de Hershey, en el reparto Versalles. La noche del viernes, mientras medio mundo lidiaba con el apagón habitual, un nuevo fuego consumía el local. Y no es la primera vez: ya en 2022 el ranchón se había prendido en llamas. Dos fuegos en menos de tres años… ¿coincidencia? Muchos piensan que no.
La noticia se regó como pólvora (sin juego de palabras) en las redes sociales. Y es que los vecinos no daban crédito: otro incendio justo durante un apagón. ¿Casualidad o jugada preparada? Las imágenes que circularon por Facebook y X muestran un infierno de llamas y humo, mientras los residentes de la zona miraban impotentes cómo se reducía a cenizas, nuevamente, ese punto emblemático.
Uno de los comentarios más llamativos fue el de un usuario que le habló al periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada: “No sé si fue provocado, pero no es la primera vez que lo incendian”. Y no fue el único. “Confirmado, le dieron candela al Ranchón de Hershey”, dijo una usuaria en X, mientras otro testigo aseguraba que todo pasó “como si lo hubieran hecho a propósito”.
Hasta el momento, no hay ninguna versión oficial. Nada. Ni causas confirmadas, ni informes sobre los daños, ni mención a posibles heridos. Solo el fuego, el humo y las dudas. Eso sí, los matanceros tienen la memoria fresca y no olvidan que el primer incendio también ocurrió de madrugada, también sin electricidad y también bajo sospechas.
Y es que esta no es una historia aislada. Desde hace un par de años, los incendios en instalaciones estatales —especialmente vinculadas al turismo o al sector militar— se han vuelto cosa de todos los meses. En 2022, por ejemplo, el cabaret El Caney en Pinar del Río ardió sin explicación, lo mismo que un centro recreativo militar en Matanzas, otro ranchón en Boyeros, un restaurante estatal en Holguín, y hasta un parador de Havana Club en la Vía Blanca. ¿Qué tienen todos en común? Apagones. Y muchas preguntas sin respuesta.
Un vecino que prefirió mantenerse en el anonimato recordó: “La vez pasada fue por el costado donde no había luz. Parece que no había gas, porque los bomberos estaban tranquilos”. Esa calma tensa de los que ya han visto arder más de una instalación sin muchas consecuencias ni aclaraciones.
Y mientras los matanceros vuelven a preguntarse qué está pasando realmente, las autoridades guardan silencio. Por ahora, el Ranchón de Hershey es solo otro símbolo más en la lista de lo que se ha perdido… una vez más.
