El trovador cubano Raúl Torres volvió a prender la mecha en redes sociales, esta vez para salirle al paso a las críticas contra Gabriela Fernández Álvarez, la polémica presentadora del programa oficialista Con Filo. Y lo hizo con su estilo bien florido, soltando metáforas como quien canta una décima: “Eres un jazmín entre tantas bestias que se hunden en ese estiércol de odio”, escribió en su perfil de Facebook, dejando claro de qué lado está.
Torres no solo le tiró flores. También le recordó que en Cuba tiene quien la espere, y le mandó un mensaje cargado de afecto: “Aquí tienes tu gente y tu patria guardándote el abrazo”, agregó, en tono paternal y nostálgico.
Gabriela se encuentra en plena gira por España, invitada por el Movimiento Estatal de Solidaridad con Cuba, una organización que simpatiza con La Habana. La joven ha pasado por varias ciudades como Málaga, Madrid, Zaragoza, Valencia, Barcelona y Sevilla, ofreciendo charlas de corte político. Pero lo que parecía una visita tranquila, se convirtió en una tormenta mediática.
En Málaga, por ejemplo, no faltó quien la encarara directamente. Un grupo de cubanos le cantó las cuarenta en plena calle, molestos con su discurso oficialista mientras en Cuba se vive, como todos saben, una situación cada vez más crítica.
Lucio Enríquez Nodarse, activista bien conocido por su postura frontal contra el gobierno cubano, compartió el encontronazo en un video publicado en X (antes Twitter), donde dejó claro que “la Gabrielita no ha podido levantar cabeza desde que llegó a España”, advirtiendo que donde aparezcan voceros del régimen, ahí estarán para enfrentarlos.
En Madrid, la cosa también se calentó. Un grupo de manifestantes intentó entrar a un evento en la sede de la Asociación de Amistad Hispano-Cubana ‘Bartolomé de las Casas’, pero no los dejaron pasar. Alegaron que era un acto privado y aplicaron el famoso “derecho de admisión”. Para los opositores, eso fue otra muestra de censura maquillada.
La gira de Gabriela ha sido todo menos silenciosa. Su paso por suelo europeo ha generado ruido, rechazo y también apoyo. Y aunque algunos la ven como una simple vocera del gobierno, otros —como Raúl Torres— la defienden con pasión y poesía.