En Villa Clara, la luz se ha vuelto un lujo. La Empresa Eléctrica provincial acaba de soltar un nuevo “esquema de planificación” que, lejos de aliviar la crisis energética, pone en blanco y negro una realidad que ya muchos cubanos venían sufriendo: cortes de hasta 19 horas diarias. Sí, casi el día entero a oscuras.
La propuesta, que parece más un castigo que una solución, divide los circuitos en 11 bloques. Algunos solo verán electricidad durante cinco horas al día, y eso con suerte. El resto del tiempo, prepárate para el calor, la oscuridad y el apagón mental.
Según explican en su página de Facebook, esta movida responde al “crítico escenario” de generación eléctrica que vive el país. En buen cubano: no hay corriente ni pa’ empezar.
Los apagones rotan en turnos. Seis bloques tienen “el privilegio” de dos segmentos con luz: uno de tres horas y otro de dos. Pero los otros cinco bloques dependen directamente de que un carro de guardia les tire el cabo, con un solo turno de cinco horas. Y si no te tocó… pues a soplar con el abanico hasta que se caigan las pestañas.
Eso sí, hay lugares que sí reciben trato especial: hospitales, acueductos, entidades vinculadas a la zafra y circuitos clave para mantener la estabilidad nacional. A esos les reservan su electricidad como si fuera oro, porque sin ellos el sistema se va al piso completo.
Pero el cubano de a pie tiene que organizar su vida como pueda, cocinando a contrarreloj, durmiendo sin ventilador y aguantando la presión con una paciencia que ya va por el piso.
La empresa aseguró que los horarios pueden cambiar si mejora la generación nacional. Pero, como siempre, no dan fechas ni compromisos concretos. Mientras tanto, las franjas blancas del nuevo gráfico —que indican las horas sin corriente— cubren casi todo el día.
Dicen que todo esto es para “equilibrar la demanda” y repartir de manera “equitativa” los apagones. Pero en la práctica, lo que se siente es una profundización del apagón estructural que ya azota al país entero, donde vivir sin electricidad se ha vuelto parte de la rutina.
En Matanzas, por ejemplo, las autoridades aumentaron el “máximo apagable” a un 10 % del total nacional. Un eufemismo más que confirma que la crisis energética no solo se mantiene, sino que se intensifica.
Este martes, el panorama amaneció más oscuro que de costumbre: apagones continuos toda la noche y la madrugada. Y aunque anuncian que pronto entrará en funcionamiento la unidad 3 de Santa Cruz del Norte, con sus 70 MW, el déficit sigue rondando los 1,440 MW para el horario pico. O sea, la demanda es más del doble de lo que se puede generar.
¿Recuerdan la “tregua eléctrica” del Primero de Mayo? Aquella en la que el régimen quiso dar una imagen de normalidad para las celebraciones oficiales. Pues fue eso mismo: una puesta en escena. Apenas pasó el día, los apagones regresaron con más fuerza.
Y lo más triste es que el verano aún no ha empezado oficialmente. El calor está subiendo, el consumo también, y el gobierno insiste con promesas recicladas, diciendo que todo es parte de una estrategia para darle mantenimiento a las plantas y llegar mejor preparados. Pero la realidad no cambia: la luz se va, el ventilador no gira y la comida se echa a perder.
Incluso el propio Granma habla de un plan “gradual” para recuperar el sistema, pero los del Ministerio de Energía y Minas ya advierten que los apagones no van a parar pronto. La gran meta para el verano, según ellos, es “solo” cuatro horas sin electricidad al día. Como si eso fuera motivo de celebración.
Para colmo, un video que circula en redes muestra a Santiago de Cuba en total oscuridad… mientras los hoteles turísticos siguen bien iluminados. La misma historia de siempre: el turismo primero, el pueblo que espere.
