Lo que empezó como una simple aventura tropical terminó convirtiéndose en una experiencia surrealista para los youtubers españoles Juan Dávila y Galder Varas, creadores del pódcast Black Mango. Ambos denunciaron haber sido interrogados por la Seguridad del Estado cubano luego de publicar un video donde contaban, sin pelos en la lengua, cómo vieron de cerca la crisis que azota a la isla.
Según contaron ellos mismos, bastó un día viviendo como un cubano común y corriente para que se les cayera el telón de la ilusión turística. “Mira, la verdad es que esto está duro. Cada hora que pasa, el país se hunde más. Es terrible”, dijeron en un clip que se volvió viral y fue compartido incluso por el opositor Eliécer Ávila, encendiendo las alarmas del régimen.
En el video no andan con rodeos. Relatan cómo, en apenas 24 horas, escucharon historias de vida que los dejaron marcados. “Lo que nos contaron en una sola casa era mil veces peor de lo que vimos en todo el día anterior”, confesaron, visiblemente conmovidos.
El material circuló como pólvora en redes sociales y medios independientes, y claro, las autoridades no se hicieron esperar. Según narraron en sus historias de Instagram, agentes de la Seguridad del Estado los interceptaron, los interrogaron, les revisaron los teléfonos y les prohibieron seguir grabando.
“El último día en Cuba fue imposible filmar nada. Estábamos bajo vigilancia total”, comentaron. “Y eso que hemos viajado bastante, pero nunca nos había pasado algo así”.
Ya de regreso en Madrid, Dávila y Varas contaron que este domingo soltarán un episodio especial en su pódcast, donde van a detallar todo lo que vivieron en Cuba, a la que describieron como una experiencia lamentable, tensa y bastante irreal.
“Pasamos unos días con la cabeza caliente. Algunos más preocupados que otros”, dijeron en tono serio.
Este caso ha vuelto a poner sobre la mesa la vigilancia feroz y la censura que imperan en Cuba, donde no solo los nacionales tienen que andarse con cuidado, sino también los extranjeros que se atreven a mostrar la cara menos bonita de la isla.
No es la primera vez que pasa algo así. En 2024, la pareja peruana Eva Cavero y Andrés Izarnótegui, del canal La Blue Kombi, también fueron detenidos y expulsados del país por grabar en las calles de La Habana. Según contaron, los sacaron del hotel de madrugada, les quitaron los teléfonos, los interrogaron por horas y los echaron del país sin chance de recoger ni sus mochilas.
Todo esto pinta un patrón preocupante. Si hablas de lo bueno, te aplauden. Si muestras lo malo, te silencian. Y si no, que lo diga el influencer mexicano Luisito Comunica, quien pudo grabar con total libertad sus videos sobre Cuba, repletos de recorridos gastronómicos, tabacos y hoteles históricos.
Muchos lo acusan de “romantizar la miseria” y prestarse para la propaganda oficial, como hizo el rapero El B, que le soltó en verso: “Te llevaron a la única bodega pintada”.
El periodista José Raúl Gallego también ha señalado que el acceso de Luisito fue cuidadosamente preparado por la Seguridad del Estado, y que en sus videos hay más guion que espontaneidad.
