Un hecho estremecedor sacudió a la comunidad cubana en Guyana y ha dejado a muchos sin palabras. Wispriey Alfonso, un cubano de 40 años, fue enviado a prisión preventiva tras ser acusado de asesinar de forma brutal a su hijastra, Davely Morales, una joven de apenas 21 años. El ataque, que ocurrió dentro de su propio hogar, también dejó gravemente herida a la madre de la muchacha, Milaysi Rodrigues, de 38 años.
La tragedia tuvo lugar el pasado 23 de mayo, en un apartamento alquilado del barrio de Kitty, en Georgetown, donde la familia se había establecido recientemente tras llegar a Guyana hacía apenas un mes. En ese momento, vivían allí Alfonso, Milaysi, Davely, y una niña de tan solo nueve años, hermana menor de la víctima.
Según informó el Guyana Chronicle, el caso fue presentado ante la magistrada interina Faith McGusty. Aunque no se le pidió que declarara culpabilidad, Alfonso fue enviado directamente a prisión preventiva hasta el 9 de julio de 2025, mientras se desarrollan las investigaciones.
Los detalles del crimen hielan la sangre. Todo ocurrió temprano en la mañana, alrededor de las siete. Un vecino escuchó los gritos que salían del apartamento y, al asomarse, se topó con una escena de horror: Alfonso estaba atacando con un arma blanca a Milaysi, que ya se encontraba tirada en el suelo, mientras su hija Davely, también gravemente herida, yacía ensangrentada a su lado.
A pesar de las heridas, Davely logró salir del apartamento tambaleándose, pero se desplomó en la pasarela del edificio, sin fuerzas para seguir. Cuando llegaron los servicios de emergencia, un médico del Hospital Público de Georgetown solo pudo confirmar su muerte. Su madre, por su parte, fue llevada de urgencia al hospital, donde permanece ingresada en estado crítico.
Un examen forense reveló la magnitud de la violencia desatada. Davely presentaba múltiples heridas en las manos, la parte de atrás de la cabeza y la mandíbula. Todo apunta a un ataque despiadado, sin freno, que acabó de forma trágica con su vida.
Después de cometer el crimen, Alfonso huyó del lugar, pero poco tiempo después decidió entregarse en la comisaría de Kitty. Llevaba consigo el arma con la que, presuntamente, había cometido el asesinato.
Un joven que vive en el edificio y presenció parte del ataque contó que los gritos lo despertaron. Al asomarse, vio la puerta entreabierta y a Alfonso en pleno acto, atacando a las dos mujeres. Dijo que quiso intervenir, pero el terror lo paralizó. Con la voz temblorosa, narró que cuando salió de su cuarto de nuevo, Davely caminaba hacia él, tratando de pedir ayuda, hasta que cayó al suelo, sin vida.
Esta tragedia ha conmocionado a toda la comunidad cubana en Guyana, dejando al descubierto no solo un caso de violencia atroz, sino también el dolor de una familia migrante que buscaba comenzar una nueva vida, y terminó atrapada en una pesadilla. Ahora, el caso sigue en manos de la justicia guyanesa, mientras la pequeña de nueve años queda marcada para siempre por una escena que ningún niño debería presenciar.
