En un giro más de tuerca desde el Tribunal Supremo Popular, el sistema judicial cubano anunció que todo aquel que se meta con infraestructuras estratégicas del país va a enfrentarse a una de las penas más serias del Código Penal: el delito de sabotaje. Y cuando dicen “infraestructuras”, no están hablando solo de centrales eléctricas o trenes: la cosa abarca desde las líneas de telecomunicaciones hasta los parques solares, y sí, incluso los ómnibus y las cabillas de las vías férreas.
El aviso llegó fresquecito con el Dictamen 475, fechado el 23 de mayo de 2025, pero publicado esta semana en el perfil oficial de Facebook del propio Tribunal. Según ellos, se trata de “reforzar la respuesta penal” y unificar cómo se manejan estos casos en todos los tribunales del país. O sea, que nadie se haga el loco cuando caiga en manos de un juez.
La nueva línea es clara: si alguien daña, roba o sabotea cualquier elemento del sistema eléctrico, ferroviario, solar o de telecomunicaciones —y lo hace con intención—, le puede caer encima el artículo 125 del Código Penal, que tipifica el delito de sabotaje. Y si además de eso pone en riesgo vidas humanas o la seguridad de la población, pues ahí entra el artículo 126, que agrava aún más la sanción.
Y por si alguien tenía dudas: esto no se va a tratar con paños tibios. El Tribunal dejó claro que los procesos judiciales tienen que ir al grano, sin demoras, con juicios rápidos y penas severas. Prisión provisional, confiscación de bienes, prohibiciones de salida del país… todo eso puede entrar en juego si te pillan jugando con lo que no debes.
También se incluye como agravante el uso de menores o cometer estos actos de noche, algo que en el lenguaje judicial suena muy serio pero que, en la práctica, puede convertir una travesura callejera en un problema bien grande.
Y por supuesto, la cosa viene acompañada de propaganda legal: juicios con cobertura mediática, sentencias ejemplarizantes y un llamado a “elevar la conciencia jurídica” del pueblo. En otras palabras: que el que vea lo que le pasó al otro, lo piense dos veces antes de meterse en líos.
No es casual que todo esto salga justo ahora. En los últimos meses, ha habido un incremento notable de hechos vandálicos en diferentes puntos del país. Desde gente robando cabillas en los rieles del tren en La Habana, hasta pedradas a guaguas en plena faena. En más de un caso, se ha arrestado a sospechosos, y las imágenes de los incidentes han circulado como pólvora en redes sociales.
Además, los servicios de ETECSA tampoco han salido ilesos. Varias zonas han sufrido interrupciones por daños a la infraestructura de telecomunicaciones, y ya se habla de “vulnerabilidad creciente” en este sector. En algunos lugares, incluso se han aplicado medidas bien estrictas, lo que revela el nivel de alarma con que el Gobierno está viendo esta ola de sabotajes y robos.