Un freno inesperado se le cruzó en el camino a la administración de Donald Trump. Este miércoles, una jueza federal en Boston le puso pausa temporal a la intención del expresidente de tumbar los programas de parole humanitario que permiten la entrada legal a Estados Unidos de miles de migrantes con patrocinadores en el país.
La noticia la soltó la agencia Reuters, y ha corrido como pólvora. La protagonista del fallo es la jueza Indira Talwani, quien decidió que, al menos por ahora, las agencias del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) tienen que seguir procesando las solicitudes de quienes están amparados bajo estos programas, hasta que se defina una demanda colectiva que está en curso.
“No es tan fácil como apretar un botón”, parece decir Talwani, quien dejó claro que, aunque el gobierno tiene el timón en la política migratoria, eso no significa que pueda saltarse los procedimientos legales como quien se cuela en la cola del pan. Las reglas están para cumplirse, incluso si se trata de parar beneficios migratorios como el parole.
El pleito legal incluye a miles de migrantes —cubanos, haitianos, nicaragüenses, venezolanos, ucranianos y afganos— que habían sido beneficiados por los programas creados durante la administración de Joe Biden. Muchos de ellos ya están en EE. UU., otros esperan por una decisión que les permita entrar legalmente o cambiar su estatus migratorio.
Esta no es la primera vez que Talwani le dice “¡hasta aquí!” al equipo de Trump. En abril ya había frenado un intento similar de anular el estatus temporal de cientos de miles de migrantes. Y ahora lo vuelve a hacer, subrayando que no se pueden hacer cambios radicales sin cumplir con los debidos procesos.
Trump contraataca, pero la justicia le complica el juego
Tras regresar a la Casa Blanca en enero, Trump no perdió tiempo. Ese mismo día firmó una orden ejecutiva para desmantelar los programas de parole categóricos que se habían establecido bajo la era Biden. Como si eso fuera poco, el secretario interino del DHS, Benjamine Huffman, mandó a suspenderlo todo, desde las solicitudes nuevas hasta los ajustes de estatus de quienes ya estaban dentro del sistema.
La cosa fue tajante: se acabaron los trámites para asilo, TPS y cualquier otro tipo de protección para los beneficiarios del parole. Pero claro, la justicia se metió en el medio y le aguó la fiesta.
Desde la Casa Blanca no tardaron en reaccionar. Karoline Leavitt, portavoz de la administración republicana, salió al paso criticando con fuerza la decisión de la jueza Talwani. Según ella, este fallo representa una intromisión en los planes de deportación masiva que Trump tiene sobre la mesa.
Pero por ahora, el parole humanitario sigue respirando, y los migrantes cubanos —y los de otras nacionalidades— tienen una luz encendida al final del túnel legal. Todo dependerá de lo que dictamine la justicia en los próximos meses… porque la batalla apenas comienza.