Este viernes 30 de mayo aterrizó en La Habana un nuevo vuelo procedente de Estados Unidos, cargado no de turistas, sino de 130 cubanos que intentaron emigrar sin papeles y fueron devueltos a la Isla. Entre ellos venían 106 hombres y 24 mujeres, que regresan bajo el marco de los acuerdos migratorios firmados entre ambos países hace años.
Cinco de esas personas no llegaron directamente a casa. Según informaron las autoridades, fueron trasladadas a investigación por haber salido ilegalmente del país mientras cumplían libertad condicional. Es decir, se fueron teniendo cuentas pendientes con la justicia.
Una devolución más en un año cargado de regresos
Este vuelo no es un caso aislado. Con él ya suman cinco vuelos de deportados desde Estados Unidos en lo que va de 2025, y si se cuentan también los regresos desde otros países de la región, van 19 operaciones de retorno con un total de 587 personas devueltas a la Isla en lo que va del año.
El Ministerio del Interior (MININT) fue quien dio la noticia, usando el término de “migrantes irregulares” para referirse a estos cubanos que apostaron todo por un futuro diferente fuera del país, pero no lograron llegar al otro lado del sueño.
Un acuerdo con historia y muchos matices
Esta dinámica de devoluciones comenzó a tomar forma desde los días finales del gobierno de Obama, cuando se negociaron ciertos acuerdos migratorios bilaterales. En aquel momento, el gobierno de Raúl Castro aceptó empezar a recibir vuelos de deportados desde EE. UU. El pacto incluía una cláusula importante: cada caso debía ser evaluado individualmente.
Sin embargo, las cifras del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) muestran otra realidad. Más de 42 mil cubanos con orden de deportación aún siguen en EE. UU., bajo una figura llamada libertad supervisada, porque La Habana no los acepta de vuelta. La mayoría de esos casos se quedan en un limbo migratorio sin resolver.
Pese a eso, el discurso oficial en Cuba es de cooperación. Desde 2023, los vuelos de deportados son mensuales, y según el viceministro Carlos Fernández de Cossío, el gobierno está dispuesto a recibir incluso más de uno al mes.
¿Deportados con antecedentes? No siempre…
Aunque durante el mandato de Trump se hablaba de deportar principalmente a migrantes con historial criminal, no todos los cubanos que están regresando han cometido delitos, y ese es un punto que ha despertado polémica.
El abogado de inmigración Willy Allen explicó al diario El País que, por lo que ha podido comprobar, la mayoría de los deportados en estos vuelos recientes no tienen antecedentes penales. Muchos perdieron sus casos de asilo, otros no asistieron a la corte o fallaron la entrevista de “miedo creíble” en la frontera. A esos, normalmente, se les entrega el temido documento I-220B, que marca el camino de regreso a casa.
Según Allen, hasta ahora Cuba se ha negado a aceptar criminales o personas sin vínculos familiares en la Isla, aunque en las últimas semanas hubo detenciones en lugares como Cayo Hueso, Miami y Orlando de cubanos con causas pendientes. Todavía se desconoce si alguno de ellos venía en el último vuelo.
