Aunque el malestar en la calle y en las redes no para de crecer, la presidenta ejecutiva de ETECSA, Tania Velázquez Rodríguez, fue tajante en la televisión cubana: las nuevas tarifas de internet en Cuba llegaron para quedarse. Con un discurso técnico, justificó la medida como una necesidad impostergable para sostener lo que llamó el “proceso inversionista” en las telecomunicaciones del país. Pero entre líneas, lo que quedó clarísimo fue que las opiniones del pueblo no van a cambiar el rumbo.
Durante su intervención en este programa especial, Velázquez repitió varias veces que están “pendientes” de lo que piensa la población, pero nunca habló de revertir nada. De hecho, lo que hizo fue reafirmar que la decisión ya está tomada y que viene cocinándose desde hace rato, incluso desde la pasada sesión de la Asamblea Nacional. Es decir, ya lo sabían y simplemente no lo dijeron para que la gente no se lanzara a recargar en masa y colapsara la red. Así, sin rodeos.
“Hay deudas que no podemos pagar”, confesó la presidenta de ETECSA, al explicar que las conexiones internacionales, sostenidas por dos cables submarinos, requieren divisas que ya no están entrando como antes. La crisis económica y energética ha golpeado duro, y más de la mitad de las radiobases del país se apagan cada vez que se va la corriente. Según ella, este es uno de los motivos por los que la calidad del servicio ha bajado tanto y por lo que ahora se hace imprescindible buscar dinero en otra parte. Y esa otra parte, claro, es el bolsillo del cubano.
«Estamos en una situación crítica y tiene que ver con la falta de ingresos, de divisas, para enfrentar estas situaciones. Las capacidades que transitan por los dos cables submarinos con que cuenta el país, para la conexión a internet, deben ser pagadas. Hoy enfrentamos deudas que no podemos pagar y afectan la importación de elementos que necesitamos para sostener los servicios. Esto no ha sido algo improvisado, ha llevado un análisis», dijo tajantemente la Presidenta del monopolio estatal de las telecomunicaciones en Cuba.
A pesar de que muchos no podrán pagar los nuevos planes extra de datos —porque cuestan más que el salario mensual de la mayoría—, Velázquez fue clara: el tarifazo es la única forma que tienen para mantener el servicio funcionando, al menos mínimamente. Y aunque reconoce que hubo fallas en la comunicación y en la forma de dar la noticia, dejó claro que no había otra salida y que los planes van porque van.
La frase más reveladora quizás fue cuando dijo que “no era posible adelantar la noticia porque generaría ansiedad”. En otras palabras, sabían que el golpe iba a doler, pero prefirieron soltarlo de golpe para evitar revuelo previo.
Así que, a pesar de comunicados de rechazo, críticas desde el oficialismo e indignación popular, ETECSA no se mueve ni un centímetro. El acceso a internet en Cuba seguirá dividido entre quienes tienen divisas o familiares en el exterior y quienes simplemente se quedarán mirando desde fuera.
El tarifazo no fue improvisado, fue planeado… pero no con el pueblo en mente. La conectividad, en vez de ser un derecho, se ha convertido en un privilegio. Y por lo que se ve, a los de arriba no les tiembla la mano para mantenerlo así.