El verano en Cuba no ha empezado oficialmente, pero ya se siente como un horno sin salida de emergencia. Y Ulises Toirac, con esa mezcla suya de sarcasmo y verdad que no perdona, volvió a encender las redes con una publicación que no da espacio para paños tibios.
“El verano viene pesado. Ya está pesado”, soltó el humorista en su cuenta, y con solo esa frase ya uno siente el peso de la isla entera sobre los hombros.
Un país que arde por fuera… y por dentro
Toirac no se fue por las ramas: describió una Cuba al borde del colapso, con apagones interminables, precios que no hay bolsillo que aguante, hospitales que dan más miedo que alivio, y una población que ya no sabe ni cómo estirar el dinero para llegar al otro día.
Según él, el gobierno sigue hablando de “medidas macroeconómicas” mientras el cubano de a pie no ve ni un gramo de alivio en su realidad diaria. El peso cubano, dice sin rodeos, “no vale ni la cáscara”, y las recetas oficiales solo parecen multiplicar la pobreza en vez de curarla.
El calor aprieta… y la esperanza se evapora
La llegada del verano significa más mosquitos, más enfermedades, menos comida, más apagones… y una desesperanza que se espesa como el aire caliente. El humorista lo describe sin anestesia: “Zonas que tenían menos cortes de electricidad ya están metidas en el apagón diario. Y ni hablar de las que aguantan hasta 16 horas sin corriente”.
En ese contexto, hasta las vacaciones escolares se convierten en una tortura para las familias que no saben qué inventar para alimentar a los muchachos. Y mientras todo eso pasa, los de arriba siguen hablando como si el país estuviera en otra dimensión.
ETECSA, apagones y la mala suerte oficial
La gota que rebosó el vaso fue la nueva medida de ETECSA: solo se podrán recargar 360 pesos cubanos al mes, y si quieres más, que vengan los dólares. Toirac lo resumió con una ironía que duele:
“¿Que el salario no alcanza? Mala suerte. ¿Que el peso no vale nada? Mala suerte. ¿Que no se puede imprimir más billetes? Mala suerte, compañeros… Ma-la-suer-te”.
Así, con su humor ácido como el café fuerte sin azúcar, Ulises dejó claro que esto no se arregla con discursos. Y avisó: “Vamos por MÁS… o sea, por más leyes”, como quien dice: prepárense, que lo que viene no es alivio, sino más apretón.
Un hashtag con dolor y rabia
Como si todo lo anterior fuera poco, Ulises remató con una frase que se volvió himno espontáneo en cuestión de horas: “Voy a viralizar un hashtag: #CubaDueleConCojone”.
Y no fue solo un grito. Fue el reflejo de lo que viven millones. La gente se sumó con historias reales, cargadas de tristeza, frustración y una rabia contenida que ya no cabe dentro. Ese hashtag, sencillo pero poderoso, se volvió símbolo del cansancio, del hartazgo, de esa Cuba que ya no resiste más pero tampoco se calla.
El humor como escudo, la verdad como lanza
Toirac no es nuevo en esto. Desde hace años viene usando su talento para decir lo que muchos piensan y pocos se atreven a gritar. Pero esta vez, su mensaje pegó hondo, porque no hay ironía que esconda el dolor de un país que se derrumba mientras sus dirigentes siguen repitiendo promesas vacías.
Con cada palabra, Ulises no solo hace reír. Hace pensar. Hace doler. Y sobre todo, hace hablar. Porque si algo está claro es que, por más que se hagan los sordos, #CubaDueleConCojone. Y eso no hay quien lo tape ya.