Si pensabas que los apagones eran el único castigo para los matanceros, prepárate para lo que sigue: ahora también se están quedando sin agua. Sí, como lo lees. Entre bombas rotas, apagones que no perdonan y un consumo institucional que parece no tener límites, el sistema de abasto de agua en Matanzas está a punto de tirar la toalla.
Y como si no bastara con eso, la mismísima termoeléctrica Antonio Guiteras —la más grande del país— está metida hasta el cuello en este desastre. ¿Por qué? Pues porque, en lugar de producir electricidad con eficiencia, está chupando más agua de la cuenta y dejándonos secos a los demás.
🚰 Agua para unos pocos, sed para la mayoría
El problema es serio. Hay instituciones y empresas que gastan el agua como si no hubiera mañana. Según explicó Guillermo Cué Lugo, el director del Acueducto en Matanzas, los hospitales están tratando de ajustarse al consumo, pero hay otros lugares como la “Guiteras” que siguen en modo aspiradora.
Cuando todo funciona bien, la termoeléctrica se mantiene dentro de los niveles normales. Pero ahora tiene una avería en uno de sus calentadores y está consumiendo mucho más de lo que debería. Y claro, ese exceso sale del agua que debería ir para los barrios.
⌛ Tres horas de agua… con suerte
Mientras tanto, hay zonas que apenas reciben tres o cuatro horas de agua al día. ¡Cuando lo normal sería 16! Y eso cuando llega. Todo porque la “Guiteras” está fallando y el resto del sistema está colapsado. O sea, un problema técnico en una planta energética termina dejando sin agua a media ciudad.
Y como si eso fuera poco, los apagones afectan directamente a los campos de pozo. Cuando la luz va y viene, el sistema de bombeo no se estabiliza, y eso afecta a todas las zonas: media, alta y baja. Según Cué, están tratando de coordinar con la Unión Eléctrica para proteger estos campos, pero la realidad es que el agua sigue sin aparecer.
🛠️ Bombas rotas y promesas rotas
De las 225 bombas que debería tener operativas la provincia, 12 están averiadas. Y los municipios más afectados son los de siempre: Jovellanos, Pedro Betancourt, La Julia… Algunos trabajos están en marcha, sí, pero van a paso de tortuga.
En la Ciénaga de Zapata, donde el agua siempre ha sido un dolor de cabeza, solo hay dos bombas funcionando. Una de ellas es tan pequeña que apenas alcanza para mantener a flote a Playa Larga. Literalmente.
🚚 Las pipas no dan abasto y los delegados no dan más
Aunque han cuadruplicado el reparto de agua en pipas, estas no alcanzan. Hay lugares donde el ciclo de entrega se ha extendido hasta 16 días. ¡Dieciséis! Y en medio de todo esto, los delegados tratan de hacer milagros con nada. Pero por más vueltas que den, no logran cubrir la demanda.
Las autoridades dijeron que entre el 28 y el 30 de mayo iban a incorporar cuatro o cinco bombas más. Pero mientras la Guiteras siga operando con esa ineficiencia que le roba el agua a la ciudad, ningún parche va a resolver el problema de fondo.
🧪 Y como si fuera poco: brote de hepatitis
Como si este panorama no fuera lo suficientemente preocupante, en Cárdenas ya hay alertas por un brote de hepatitis A. ¿La causa? El agua contaminada. Sí, esa misma que apenas llega y que, cuando llega, puede venir mezclada con bacterias o incluso materia fecal.
Todo esto es el resultado de una infraestructura que se cae a pedazos, un sistema de salud saturado y un gobierno que, en lugar de resolver, prefiere meterle más presión a la olla.