Una enorme nube de polvo sahariano se ha colado este lunes por el Caribe oriental, trayendo consigo ese aire espeso y dorado que muchos ya reconocen de lejos. Desde Jamaica hasta bien pasado Barbados, y desde las Islas Turcas y Caicos hasta el sur de Trinidad y Tobago, el fenómeno se ha dejado sentir con fuerza, cubriendo más de 3,200 kilómetros de longitud y unos 1,200 de ancho.
Según los expertos, este es el episodio más fuerte de polvo sahariano en lo que va del año, y aunque en el este del Caribe suele perder potencia, no se descarta que a mediados de semana ya esté tocando suelo cubano, y para el finde, aterrizando en la Florida.
En lugares como Puerto Rico, la nube ya dejó su huella. Yidiana Zayas, del Servicio Meteorológico Nacional en San Juan, explicó que la concentración era tan alta que la atmósfera tenía una profundidad óptica de aerosol de 0.55, lo cual se traduce en aire más sucio y cielo opaco.
Este tipo de fenómeno, aunque parezca sacado de una película apocalíptica, es bastante común. Cada año, se estima que más de 180 millones de toneladas de polvo viajan desde África hasta cruzar el Atlántico, flotando entre los 5,000 y 15,000 pies de altura. Y sí, aunque trae complicaciones, también tiene su lado bueno.
El polvo sahariano puede empeorar las condiciones del aire, sobre todo para quienes ya cargan con enfermedades respiratorias. Tos, alergias, asma o dificultad para respirar pueden volverse más frecuentes. Además, el ambiente se pone medio gris, y las lluvias que caen dejan rastro de ese polvo fino que lo mancha todo.
Pero no todo es pesimismo. Esta nube también trae un aire seco que actúa como freno para los sistemas tropicales, dificultando que se formen ciclones y tormentas intensas. Además, ese mismo polvo contiene hierro, un nutriente que alimenta al fitoplancton en el océano y contribuye a la producción de oxígeno. O sea, que aunque nos haga estornudar, también ayuda a que el planeta respire mejor.
Cuba no es nueva en este cuento. Ya otras veces la isla ha recibido estas nubes, y el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) no ha tardado en activar su manual de precauciones. Usar mascarilla (el famoso nasobuco), evitar salir innecesariamente, y cuidar especialmente a los más vulnerables —niños, ancianos, embarazadas y personas con enfermedades respiratorias— son algunas de las medidas que recomiendan.