En otro capítulo de “cosas que solo pasan en Cuba”, la presidenta ejecutiva de ETECSA, Tania Velázquez Rodríguez, se plantó frente a las cámaras este sábado para decir, con cara seria, lo que ya medio país estaba gritando en redes: no supieron comunicar el cambio de las recargas móviles en CUP y la gente se enteró con el golpe ya dado.
Durante una comparecencia especial que salió por la televisión nacional, Radio Rebelde y hasta por las plataformas digitales, la jefa de la única empresa de telecomunicaciones del país reconoció lo evidente: “Nos faltaron herramientas y mecanismos para informar mejor”, soltó con voz suave, como si eso aliviara la molestia de millones de usuarios.
El nuevo esquema comercial, que limita las recargas nacionales a solo 360 pesos cubanos al mes y empuja a los clientes hacia paquetes en dólares, entró en vigor el 30 de mayo. Pero, según Velázquez, aunque ya se había hablado de que “en 2025” vendrían cambios como parte del famoso “Plan de Ordenamiento de Servicios de Telecomunicaciones”, lo cierto es que nadie explicó bien cuándo ni cómo. Y sí, el pueblo se quedó en el aire.
“Si ese malestar es tan generalizado, entonces es que algo hicimos mal con la comunicación”, admitió tras contar que incluso estudiantes y profesionales le señalaron lo mismo: que no hubo claridad ni tiempo para prepararse.
Ahora bien, a pesar del mea culpa, también tiró su justificación: no avisaron antes por miedo a que se reventaran las plataformas. Según ella, si se anunciaba con tiempo, la gente iba a lanzarse en masa a recargar como locos y eso podía colapsar los sistemas de ETECSA. “Era una cuestión técnica”, insistió, tratando de justificar el secretismo. “Si muchas personas hacían operaciones al mismo tiempo, se nos iba a ir todo al piso”, explicó.
Aun así, la ejecutiva reconoció que deben revisar su política de comunicación, porque no es la primera vez que se les va la guagua. “La gente merece estar mejor informada”, afirmó, algo que sonó a promesa vieja en envase nuevo.
El tema no es solo la falta de aviso, sino el tarifazo disfrazado de “reordenamiento”. Los precios en moneda nacional superan el salario mínimo, mientras que los paquetes en USD se venden como pan caliente… pero solo para los que tienen acceso a divisas o reciben remesas del exterior. ¿Y el resto del pueblo? Que se aguante con 360 pesos al mes, si acaso.
Los cubanos han llenado las redes de quejas, memes y rabia, llamando la medida una “estafa con sello oficial” y “una patada a la clase trabajadora”. Muchos comparan la situación con lo que pasa en las bodegas, donde los productos aparecen solo para quienes tienen dólares o conocen a alguien con “la vía”.
Mientras tanto, ETECSA sigue siendo juez y parte, cobrando caro por un servicio que cada vez se siente más lejos del pueblo y más cerca del bolsillo de quienes viven fuera de la isla.