En un intento por apagar el incendio que encendió el nuevo tarifazo de ETECSA, la presidenta ejecutiva de la empresa estatal, Tania Velázquez Rodríguez, se apareció este sábado en la televisión cubana para dar la cara y, con tono de urgencia, justificar el golpe al bolsillo de los cubanos.
Según explicó, la subida de precios no es un capricho, sino una “necesidad urgente” para meterle divisas frescas a una empresa que —dicho por ella misma— está patas arriba económicamente.
“Estamos hablando de sobrevivir, no de crecer”
La funcionaria fue clara en un punto: ETECSA no puede pagar sus deudas. Y cuando no hay dinero, no hay compras, no hay importaciones, no hay ni siquiera posibilidad de mantener lo poco que funciona. “No estamos hablando de desarrollo, sino de sostener lo que tenemos”, dijo con la seriedad de quien está echando el último cubo de agua en un barco que hace aguas por todos lados.
Aseguró que el tarifazo no fue algo alocado, sino que se “estudió” con lupa (aunque el resultado parece salido de una pesadilla para cualquier usuario común). La pérdida de ingresos de ETECSA, según ella, afecta directamente las arcas del país, como si cada mensaje de texto fuera una fuente de ingreso estatal.
Red lenta, cara y ahora… más cara todavía
Velázquez admitió que la calidad del servicio deja mucho que desear. “La gente siente que se pierde la conexión, que en algunos lugares simplemente no hay servicio”, confesó. Pero, lejos de asumir responsabilidad, lo usó como argumento para justificar que “empresas como ETECSA necesitan inversiones constantes”.
O sea, el mismo servicio que hoy es deficiente va a costar más, con la promesa de que quizá algún día funcione mejor. Una promesa que en Cuba ya huele a cuento viejo.
“No queremos limitar el acceso”, dice… mientras lo encarece
En medio del aluvión de críticas, la directiva negó que este tarifazo sea una maniobra para cerrarle la llave a internet al pueblo. Según ella, la meta sigue siendo ampliar el acceso, y para defenderse, sacó a relucir las inversiones hechas desde 2015, como si eso justificara los precios actuales.
Destacó que la llegada de la 4G en 2019 y su expansión durante la pandemia fueron parte de una estrategia para mejorar la comunicación. Pero omitió decir que ese acceso ha estado lleno de apagones digitales cada vez que la gente sale a protestar, y que las redes sociales han sido una espina en el zapato del discurso oficial.
El pueblo reacciona: “Esto es un atraco descarado”
Como era de esperar, el aumento de tarifas provocó un rechazo inmediato en las redes sociales. Muchos lo llamaron sin pelos en la lengua: “un robo a mano armada”. Los nuevos planes en moneda nacional no sólo son carísimos, sino que superan con creces el salario mínimo mensual.
Un paquete de 15 GB cuesta 11,760 pesos cubanos, cifra que para muchos no es más que ciencia ficción. Las recargas en CUP han quedado limitadas a 360 pesos cada 30 días, una miseria que no alcanza ni para mirar los datos. ¿La alternativa? Comprar paquetes en dólares. Claro, solo para los que reciben remesas o tienen acceso a MLC.
“Aquí hay internet por clases sociales”, escribió una usuaria molesta, y no pocos le dieron la razón. Porque al final del día, lo que están vendiendo es una conectividad elitista, hecha a la medida del que tiene familia afuera. Para el cubano de a pie, conectarse es casi un lujo.
ETECSA no solo sube los precios, también sube la indignación. Y mientras la cúpula justifica y repite que es “por el bien del país”, la gente en la calle se pregunta si acaso alguien allá arriba vive en la misma isla.