En medio del torbellino de críticas por el reciente tarifazo de ETECSA, el cantautor Raúl Torres ha salido al paso con una declaración que ha sacudido las redes. Desde su tribuna, el autor de Cabalgando con Fidel pidió comprensión ante las impopulares medidas del monopolio estatal de telecomunicaciones, asegurando que “Cuba está al borde del colapso por falta de divisas”.
Con un tono poético y a la vez crudo, Torres dejó claro que detrás del golpe al bolsillo cubano hay una urgencia silenciosa. “Detrás de esa medida impopular —dura como la tierra en sequía— hay una verdad que duele más callar: Cuba agoniza”, escribió. Para él, las restricciones y los altos precios no son capricho ni codicia, sino un intento desesperado de recaudar divisas para enfrentar una crisis que ya no se puede esconder bajo la alfombra.
El artista mencionó que los hospitales esperan medicinas compradas en dólares, que las termoeléctricas y las fábricas tienen piezas varadas en puertos por deudas impagadas, y que incluso el pan depende del trigo extranjero. En sus palabras: “¿Cómo ignorarlo? ¿Cómo cruzar los brazos mientras se vacían los almacenes?”
Torres admitió que la comunicación institucional fue deficiente —“falló la manera de explicar”, reconoció—, pero defendió a ETECSA como quien defiende una causa mayor. “No fue avaricia: fue un intento desesperado por reunir recursos para nosotros”, sentenció, argumentando que las ganancias buscadas podrían ayudar a que una abuela tenga su medicamento o que un niño no se vea obligado a estudiar a oscuras.
Para muchos usuarios, sin embargo, estas justificaciones no alivian el golpe. El nuevo límite de recarga en moneda nacional deja a millones de cubanos prácticamente desconectados, sin acceso estable y frecuente a internet, en una era donde la conectividad no es lujo, sino necesidad. Las voces de protesta han crecido desde todos los rincones, acusando a ETECSA de excluir aún más a quienes solo cuentan con ingresos en CUP.
Frente a esto, Torres no se mordió la lengua. Arremetió contra quienes critican las medidas desde fuera o desde una supuesta comodidad ideológica. “Ahora veo a algunos —los mismos de siempre— sacando filo con la crítica fácil”, dijo, acusándolos de sembrar discordia más que soluciones. “Negar la intención de salvar vidas es mezquino. ¡Cuidado! A veces detrás de esas voces hay intereses que no son los nuestros”, advirtió.
Las palabras del trovador, sin embargo, han provocado reacciones divididas. Mientras unos le aplauden su sinceridad y compromiso con el país, otros lo acusan de justificar lo injustificable. Lo cierto es que sus declaraciones han echado más leña al fuego de un debate que no parece apagarse pronto.
En una Cuba donde el acceso a internet se ha vuelto un lujo que muchos ya no pueden pagar, las opiniones como las de Raúl Torres revelan no solo la gravedad de la crisis, sino también la brecha creciente entre el discurso oficialista y la vivencia diaria del pueblo de a pie. Y en ese abismo, cada palabra —sea para defender o para criticar— tiene un peso enorme.