En medio del despelote que es moverse hoy por La Habana, las autoridades viales están cocinando un nuevo plan: crear carriles exclusivos para motos, bicicletas y ciclomotores en diez puntos calientes de la ciudad donde el tráfico y los accidentes están a la orden del día.
Según soltó el diario Granma, el Centro Provincial de Vialidad anda enfrascado en este proyecto técnico, con el ojo puesto en las avenidas más cargadas de la capital, incluyendo intersecciones con semáforos que, entre una luz y otra, arman más enredos que soluciones.
“Estamos actualizando el comportamiento del tráfico y chequeando cómo andan las calles, las aceras, el drenaje, la señalización, la luz y hasta los semáforos”, comentó María Caridad Álvarez Quintero, quien está al frente del Centro y lidera también la subcomisión de seguridad vial.
La idea no es solo meter nuevos carriles a lo loco. También están revisando lo poco que queda de ciclovías y tanteando rutas frescas para ver si logran aliviar el nudo que se forma cada día en las arterias principales de la ciudad. El objetivo, según dicen, es darle un respiro al tráfico y proteger a los que andan en dos ruedas, ya sean con motor o a puro pedal.
Uno de los corredores bajo la lupa es la combinación Calle 23 – Calle 28 – Avenida 41, donde se está valorando sincronizar los semáforos y ponerlos en intermitente por la noche. La meta es ahorrar combustible, reducir las esperas y que el tráfico no se trabe más de lo necesario.
Hasta el momento, el estudio contempla tres variantes distintas para reorganizar cómo se mueve la cosa, según el tipo de vehículo ligero que transite. Lo que no han dicho es cuándo empezará la movida ni de dónde saldrá el billete para llevarlo a cabo.
¿Y mientras tanto? A sudar la gota en la calle
La otra noticia que se ha robado miradas es la llegada de 100 microbuses climatizados que, según el Ministerio del Transporte, vendrán a echar una mano al transporte público habanero. Cada uno con aire acondicionado y espacio para 14 personas, aunque eso suena más a consuelo que a solución.
El ministro Eduardo Rodríguez Dávila contó en Facebook que estos micros vienen de los recursos que han generado algunas empresas estatales exportadoras, sobre todo en el sector de la aviación civil. Ahora mismo están en “fase de alistamiento” –lo que, en buen cubano, significa que aún falta para que rueden.
Pero la realidad no cambia: el transporte en La Habana está en crisis profunda. Guaguas que no llegan, rutas canceladas y las famosas “gacelas” fuera de combate por falta de combustible o averías que parecen eternas. La gente, mientras tanto, sigue en la lucha diaria para llegar al trabajo, al médico o simplemente regresar a casa.