En medio del revoltillo que se ha armado en Cuba con las nuevas tarifas de ETECSA, el ministro interino de Comunicaciones, Ernesto Rodríguez Hernández, salió en defensa de la empresa estatal en plena transmisión de la Mesa Redonda. Y lo hizo con todas las de la ley revolucionaria: “ETECSA es socialista, revolucionaria y del pueblo”, soltó, como quien lanza una flor al aire en pleno ciclón.
Según Rodríguez, los ingresos de la compañía no solo se usan para mejorar las telecomunicaciones, sino también para “respaldar aspectos sensibles de la vida de los cubanos”, refiriéndose al conocido “proyecto social” que —dicen— el país lleva construyendo por más de seis décadas.
Pero el timing no pudo ser peor. Las declaraciones llegan justo cuando la gente está que echa chispas por el llamado “tarifazo”, una subida de precios que ha dejado a más de uno con el teléfono mudo y el bolsillo temblando. En redes sociales no se han hecho esperar los comentarios: muchos lo llaman directamente un “asalto digital”.
Y no es para menos. Un plan de 15 GB cuesta ahora mismo 11,760 pesos cubanos, mientras que las recargas nacionales están limitadas a 360 CUP cada 30 días. Y eso en un país donde el salario mínimo apenas llega a 2,100 CUP. Haciendo cuentas rápidas, con el sueldo de un mes apenas da para mandar memes una semana.
Mientras tanto, ETECSA sigue promoviendo paquetes en dólares estadounidenses, con precios que oscilan entre 10 y 35 USD. Paquetes que, evidentemente, solo pueden comprar quienes reciben remesas o tienen acceso a moneda dura. El resto, a esperar a que alguien “de afuera” les recargue o a resignarse al eterno “modo avión”.
Esto ha desatado fuertes críticas a lo que muchos ya llaman una “internet por castas”, donde la conexión depende más del pariente en Miami que de los esfuerzos de la empresa “popular y socialista”.
Ni siquiera los medios oficialistas han podido tapar el sol con un dedo. El periódico estatal Girón soltó su propio palo, criticando el aumento desmedido y pidiendo más sensibilidad por parte de ETECSA en un momento tan delicado para la economía familiar cubana.
Tania Velázquez, la presidenta ejecutiva de la empresa, trató de justificar el alza diciendo que la compañía necesita divisas para salir de deudas y ponerse al día con la tecnología. Pero el discurso técnico no ha servido para apagar el fuego en las calles digitales del país. La gente quiere conexión, no excusas.
Así que, cuando el ministro Rodríguez repite que “ETECSA es del pueblo”, muchos se preguntan a qué pueblo se refiere. Porque el que camina las colas, el que aguanta apagones y ahora también desconexión, ese pueblo se está quedando fuera del juego.
Y lo más irónico del caso es que, en un país donde la conectividad es cada vez más vital —para trabajar, estudiar, o simplemente comunicarse—, se esté convirtiendo en un lujo reservado para unos pocos. O como diría cualquiera en la cola del Nauta: “ETECSA puede ser muy revolucionaria, pero si no me alcanza ni pa’ un giga, no me sirve de ná”.