La escena fue tan inesperada como alarmante: una guagua del transporte público ardió en plena calle 70, cerca de la 25, en el reparto Buenavista, municipio Playa, este martes por la mañana. Afortunadamente, no hubo que lamentar heridos, aunque el susto fue tremendo.
El ómnibus incendiado, identificado como el número 507 de la terminal de Santa Amalia, venía haciendo el recorrido del P-10, aunque originalmente cubre la ruta P-9. Según se comentó en redes sociales, el fuego comenzó por la parte trasera, justo en la zona del motor. Y ya se sabe cómo es eso: en cuestión de minutos, el humo negro lo envolvió todo, causando revuelo entre los pasajeros y vecinos del lugar.
Los bomberos del Comando 8 llegaron rápido y lograron sofocar el incendio antes de que el daño fuera mayor, pero la imagen del vehículo calcinado circuló enseguida por Facebook, gracias a páginas como La Kinkalla TV y Alacrán Azul, que compartieron fotos y videos del hecho.
Ni una palabra oficial, pero el fuego sigue dando titulares
Hasta ahora, no hay un parte oficial que aclare qué provocó el incendio, pero todo apunta a que fue otra víctima más de la falta de mantenimiento que afecta a buena parte del parque automotor de la capital.
Y es que el transporte público en La Habana está viviendo una crisis tremenda, con rutas que se suspenden, guaguas que no dan abasto y choferes haciendo maravillas para mantener los carros en la calle. La falta de combustible, piezas de repuesto y mantenimiento básico está haciendo que cada día sea una lotería para quienes dependen del transporte estatal.
Una guagua menos, y una crisis que sigue echando humo
Desde el grupo de Facebook Transportación Habana TH lamentaron la pérdida del vehículo y compartieron imágenes del estado en que quedó: completamente chamuscado. “Ojalá se pueda recuperar y vuelva pronto a la calle, que buena falta hace”, comentaron.
Este tipo de accidentes no son cosa rara últimamente. Hace apenas unas semanas, otra guagua ardió en Santiago de las Vegas por una fuga de aceite, causada por la rotura de una manguera. Y aunque esa logró volver a circular tras ser reparada, el incidente dejó claro que los problemas técnicos están a la orden del día.
Y no es solo en La Habana. En mayo, un incendio en la base de Ómnibus Nacionales en Camagüey redujo a cenizas tres vehículos completos. Más atrás, en febrero, hubo otro fuego que afectó a guaguas de las FAR y el MININT en Santiago de Cuba, y otro más en la terminal de Mulgoba, donde se calcinó un grupo de carros fuera de servicio que esperaban ser enviados a reciclaje.
Incluso turistas han vivido el susto. En Sancti Spíritus, una excursión por Topes de Collantes terminó con una guagua de Transtur ardiendo completamente, con 20 turistas checos, un traductor y dos choferes a bordo. Por suerte, todos salieron ilesos, pero la imagen de un bus turístico hecho carbón no pasó desapercibida.
Cuando hasta las guaguas se rinden, algo anda muy mal
Más allá del humo y las llamas, lo que queda claro es que el sistema de transporte público en Cuba está literalmente quemándose, y no es una metáfora. Cada guagua que se pierde representa un golpe duro para miles de personas que dependen del servicio para ir al trabajo, a la escuela o al médico.
Y mientras los cubanos siguen haciendo malabares para moverse en una ciudad que cada día ofrece menos opciones, lo único que no falta es el ingenio… y la paciencia. Pero hasta la paciencia tiene su punto de combustión.
