Un profesor de la Universidad de Ciencias Médicas de Cienfuegos está en el ojo del huracán tras ser denunciado por amedrentar a los estudiantes que se atrevieron a protestar pacíficamente por las pésimas condiciones en los albergues y los apagones interminables.
El momento quedó inmortalizado en un video que se regó como pólvora por las redes sociales, levantando un avispero de críticas y preocupaciones por el acoso cada vez más descarado contra los universitarios en Cuba.
En las imágenes se ve a un hombre plantado en la azotea de un edificio universitario, blandiendo un palo y lanzando gritos amenazantes: «¡Arriba! ¿Hay deseos? ¡Patria o Muerte, venceremos!». Ese desplante ha sido leído como una provocación directa a los estudiantes, justo después de las manifestaciones.
El usuario identificado como Patria y Libertad en la red social X denunció que este profe actuó así porque le dio «temor a un toque de taquilla», ese modo de protesta tan nuestro, donde los estudiantes sacan calderos y cucharones para hacerse oír durante los apagones.
Capturas compartidas por San Memero muestran que la muchacha que grabó el video fue obligada a borrarlo. Después, según reportes que todavía no están confirmados, la Seguridad del Estado la habría detenido.
«Los muchachos tocaban calderos porque cortaron la luz en los dormitorios», decía uno de los mensajes difundidos. «Además, los enchufes del profe siempre tienen electricidad, y protestaban también contra las tarifas de ETECSA».
El profesor, que se dice comunista de corazón, no se quedó callado. Apareció en la escena a gritar consignas políticas y amenazas, antes de que regresara la corriente y la seguridad del Estado hiciera acto de presencia.
San Memero resumió el sentir de muchos jóvenes: «Cuando los universitarios descubran su poder, se les acaba el show». Un grito que deja claro que ya no hay tanto miedo como antes.
El clima enrarecido
Este incidente no es un hecho aislado. Viene justo después de que estudiantes de Cienfuegos y Guantánamo se plantaran para exigir algo tan básico como condiciones dignas en las residencias universitarias: luz, agua potable, comida decente y un techo sin goteras.
Lejos de escuchar esas demandas, la respuesta ha sido más intimidación y amenazas por parte de las autoridades universitarias y las fuerzas represivas.
«Nos dijeron que nos podían botar de la beca si seguíamos con las protestas. Intentan meternos miedo como han hecho siempre», escribió en Facebook la estudiante Camila Hernández, que fue parte de esas manifestaciones. «Cuando exigimos lo que por derecho nos pertenece, todos aparecen de pronto para callarnos», agregó con voz firme.
El discurso oficial sigue en su línea: deslegitimar y censurar, mientras la realidad es que las residencias están hechas polvo y los servicios básicos brillan por su ausencia. Sin embargo, los universitarios, especialmente los futuros médicos y enfermeros, insisten en que sus reclamos no tienen nada de políticos, sino todo de humanos.