La Universidad de La Habana acaba de lanzar un mensaje alto y claro: no permitirá que se detengan las clases, ni que se tambalee el curso académico por llamados a la protesta, como el reciente paro convocado por estudiantes de la Facultad de Matemática y Computación. En un comunicado institucional, la dirección universitaria dejó bien claro que su lealtad sigue firme con el Partido Comunista de Cuba (PCC) y que no piensa dar espacio a iniciativas que, según ellos, se alejan del espíritu revolucionario de la institución.
“Aquí no se detiene el proceso docente por convocatorias que no responden al espíritu de diálogo que siempre ha existido con nuestras organizaciones estudiantiles”, señaló el documento, subrayando además que la UH mantiene su “misión de acompañar al Partido y al Gobierno”.
Estas declaraciones surgen justo en medio del creciente malestar entre los universitarios por las nuevas restricciones impuestas por ETECSA, la empresa estatal de telecomunicaciones, que ahora limita las recargas nacionales a 360 pesos cubanos cada 30 días. Esta medida ha sido vista por muchos jóvenes como un retroceso en el ya precario acceso a Internet en Cuba.
La mecha se encendió cuando, desde el canal de Telegram de la Facultad de Matemática y Computación, se anunció un paro académico indefinido a partir del 4 de junio. Los estudiantes no se quedaron callados: reclamaron cambios urgentes a la política de ETECSA, demandaron diálogo real con los directivos de la empresa y pidieron que se tomara en cuenta su conocimiento técnico en la búsqueda de soluciones.
Pidieron, además, el respaldo de sus profesores y de las autoridades universitarias, porque, según dicen, lo que está en juego no es solo un problema estudiantil, sino algo que afecta al país entero.
La Universidad Tecnológica de La Habana (CUJAE) también se sumó a esta ola de inconformidad. Desde allí, la FEU y la UJC emitieron un comunicado conjunto el 3 de junio donde calificaron como vagas e insuficientes las respuestas de ETECSA. Exigieron alternativas tecnológicas más amplias y una actitud mucho más respetuosa de parte de la empresa.
En respuesta a esta presión estudiantil, ETECSA salió al ruedo en el programa Mesa Redonda y anunció que los universitarios podrán comprar un segundo paquete de datos de 6 GB por 360 CUP más, sumando así 12 GB al mes. También dijeron que liberarían el acceso a más de 40 sitios educativos, como si eso fuera suficiente para calmar los ánimos.
Pero la realidad es que la medida no cambia el problema de raíz. La famosa limitación de 360 CUP por recarga nacional sigue en pie, lo que mantiene la estructura tarifaria que tantos rechazan. Hasta ahora, tampoco se han anunciado ajustes reales en la política de conectividad que entró en vigor el pasado 30 de mayo.
Desde entonces, las universidades han sostenido encuentros con alumnos y trabajadores para escuchar críticas, sugerencias y quejas. Según la UH, en esas reuniones han participado representantes del Partido, la UJC, la FEU, el Sindicato y directivos de ETECSA.
Pese a todo, la postura oficial de la Universidad de La Habana parece inamovible. Su prioridad, afirman, es mantener el orden académico y la estabilidad institucional, aun si eso significa darle la espalda a los reclamos de su propio estudiantado.