El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este miércoles un nuevo decreto que pone el grito en el cielo: se trata de restricciones de viaje para ciudadanos de varios países, entre ellos Cuba, con el argumento de que representan “riesgos para la seguridad nacional”.
Trump explicó que decidió limitar y suspender parcialmente la entrada de personas de siete naciones: Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela. Esta medida afecta tanto a inmigrantes como a quienes viajan por turismo o negocios.
El texto oficial también prohíbe totalmente la entrada a ciudadanos de otros 12 países, como Afganistán, Irán, Somalia y Yemen.
En el caso de la isla caribeña, Trump argumenta que “Cuba es un Estado patrocinador del terrorismo” y que el Gobierno cubano no colabora lo suficiente con EE.UU. en temas de seguridad. Además, criticó que La Habana históricamente no acepta a sus ciudadanos deportados. Según cifras oficiales, Cuba tiene una tasa de excedencia de visas B-1/B-2 de 7.69% y para visas F, M y J, la cifra alcanza el 18.75%.
Por eso, la orden suspende la entrada de cubanos con visas B-1, B-2, B-1/B-2, F, M y J, y además instruye a los funcionarios consulares a reducir la validez de otras visas no inmigrantes emitidas a los cubanos.
La Casa Blanca aclaró que estas restricciones parciales no afectan a los residentes permanentes legales en EE.UU., personas con visas aún vigentes o a quienes tengan solicitudes en categorías especiales. También deja espacio para excepciones en casos de interés nacional.
Aunque no se ha divulgado todavía el texto completo del decreto, muchos esperan que la medida genere polémica, sobre todo en países como Cuba y Venezuela, donde miles de personas están en trámites de migración o esperando la ansiada reunificación familiar.
Este movimiento de Trump recuerda a los “vetos migratorios” de su primer mandato, que fueron un hervidero de protestas judiciales y activismo civil.
Ya desde marzo se hablaba de que el gobierno estadounidense estaba cocinando una lista de países para restringir la entrada a su territorio.
Por otro lado, el gobierno cubano no se quedó callado. Reconoció que EE.UU. tuvo un papel clave en la liberación de varios presos políticos, algo que hasta ahora negaba con firmeza. La mediación del Vaticano fue esencial, pero este reconocimiento público deja en evidencia que el discurso oficial se contradice más que un taburete cojo.
Johana Tablada, subdirectora para EE.UU. del MINREX, soltó en redes sociales que “el gobierno de Estados Unidos incumplió compromisos asumidos con el Papa Francisco”, pero que Cuba sí cumplió su parte del trato, refiriéndose a la excarcelación de presos políticos.
Hasta hace poco, La Habana insistía en que las liberaciones fueron un “gesto soberano” con motivo del Jubileo de la Iglesia Católica, pero está claro que el Vaticano y EE.UU. tenían las manos metidas hasta el codo.
La administración de Joe Biden había anunciado en enero de 2025 medidas para aliviar las sanciones, como suspender el Título III de la Ley Helms-Burton y sacar temporalmente a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo. Según un alto funcionario estadounidense, este gesto estaba vinculado con el compromiso de La Habana de liberar a un grupo grande de presos políticos.
Pero ni la Casa Blanca ni el gobierno cubano admitieron públicamente que había un acuerdo entre ambos. Ahora, el reclamo de Tablada deja claro que, tras la llegada de Trump, se revirtió todo: Cuba volvió a la lista de países patrocinadores del terrorismo y las sanciones volvieron a golpear.
Mientras tanto, grupos como el Observatorio Cubano de Derechos Humanos denuncian que sigue la represión y las condenas políticas.
Dicen que el régimen liberó a más de 500 presos como parte del pacto, pero también revirtió excarcelaciones como la de los opositores José Daniel Ferrer y Félix Navarro.
Con la política migratoria de Trump y el fuego cruzado entre Washington y La Habana, la vida de miles de cubanos que sueñan con reunirse con sus familias o encontrar nuevas oportunidades, sigue colgando de un hilo.