Desde el Capitolio hasta las aulas de la Universidad de La Habana, la indignación por el alza brutal de los precios en las telecomunicaciones no se queda callada. Y ahora, los jóvenes que han alzado la voz dentro de las universidades cubanas reciben el espaldarazo de tres figuras clave de la política en Estados Unidos: Mario Díaz-Balart, Carlos Giménez y María Elvira Salazar.
Los congresistas, todos de origen cubano y con una larga trayectoria en la defensa de los derechos humanos en la isla, han mostrado su apoyo incondicional a los estudiantes en paro académico, quienes protestan contra el tarifazo que ha impuesto ETECSA y que amenaza con cortarles el acceso a la educación y la información digital.
“Una vez más, el pueblo cubano dice basta”, soltó Díaz-Balart en un video compartido desde Washington, donde también aparece junto a Giménez. “Ahora son los estudiantes, los universitarios, los que se están plantando. Tienen que saber que no están solos. Nosotros estamos con ustedes”.
Giménez, por su parte, fue más allá y llamó “bandidos” a quienes gobiernan la isla. Denunció que mientras el país sufre apagones, escasez de alimentos y falta de medicinas, el régimen se atreve a subir un 800% los precios de los servicios de comunicación. “Es hora de que se vayan, ya lo destruyeron todo”, exclamó el congresista, insistiendo en que la libertad y la democracia son la única salida posible.
La juventud cubana pierde el miedo
María Elvira Salazar tampoco se quedó callada. Compartió en redes sociales el video del paro estudiantil en la Facultad de Matemática y Computación, que comenzó el 4 de junio y que se mantiene firme hasta que sus exigencias sean escuchadas. “La juventud cubana está dando el ejemplo, ya no tiene miedo”, escribió la congresista, en un tono claro y desafiante.
Y no se guardó las palabras: “Al régimen se le acabó el tiempo. Los estamos observando —y esta vez, hay un líder fuerte en la Casa Blanca del lado del pueblo cubano. ¡No más dictadura, libertad ahora!”
Crisis dentro de la propia FEU
El movimiento estudiantil no solo ha ganado fuerza, también ha comenzado a sacudir las estructuras tradicionales de representación universitaria. Este 3 de junio, la Facultad de Filosofía, Historia, Sociología y Trabajo Social emitió un comunicado directo y sin pelos en la lengua: exigieron la renuncia del presidente nacional de la FEU, Ricardo Rodríguez González, acusándolo de no defender al estudiantado frente a esta crisis.
Además, criticaron la falta total de respuestas de ETECSA, incluso después de reuniones con autoridades universitarias. Entre sus reclamos más fuertes está la eliminación del límite de 360 CUP para las recargas mensuales, una medida que consideran injusta y restrictiva.
Pero mientras los estudiantes organizan paros y exigen cambios concretos, la Universidad de La Habana lanzó un comunicado que sonó más a advertencia que a diálogo: no permitirán interrupciones en sus procesos docentes y reiteraron su apoyo total al Partido Comunista de Cuba.
¿Hacia dónde va este pulso?
Lo que comenzó como un reclamo por tarifas abusivas se ha transformado en una confrontación frontal con las estructuras que, durante años, han representado al estudiantado sin cuestionamientos. Hoy, esas voces jóvenes están diciendo “no más”, con una firmeza que resuena en todo el país… y también más allá del mar.
La crisis interna de la FEU ya no se puede esconder. La autoridad de su dirección nacional tambalea, y cada nuevo pronunciamiento desde las facultades añade presión a un sistema que parece desconectado de las realidades de sus propios estudiantes.
El futuro aún es incierto, pero si algo está claro, es que la nueva generación de cubanos no está dispuesta a tragar en silencio. Ni con apagones, ni con censura, ni con precios impagables. Lo están diciendo alto y claro, con coraje, y con el respaldo creciente de voces poderosas desde el exilio.
