En plena tormenta por el polémico “tarifazo digital”, el vice primer ministro cubano Eduardo Martínez Díaz se apareció este miércoles en la Mesa Redonda con un dato que dejó a más de uno con la ceja levantada: en Cuba se consumen 10 gigas de datos móviles por persona al mes, más que en toda América Latina y el Caribe.
Según sus palabras, esa cifra coloca a la Isla por encima del promedio regional, que ronda los 7 GB. Solo Estados Unidos y Chile nos superan. Pero, lejos de sentirse orgulloso, el funcionario lo pintó como un problema más que como un logro, justificando así las nuevas restricciones impuestas por ETECSA.
“Sabemos que el 50% de los usuarios se verá afectado”
Martínez fue directo y admitió que la mitad de la población ahora tendrá limitado el acceso a internet, algo que, según él, “ya habíamos ganado”, pero que las circunstancias económicas no permiten mantener.
“Sí, hay un grupo importante que ya no podrá tener lo mismo que tenía. Eso es una realidad”, dijo sin rodeos. Aseguró que los nuevos paquetes a 360 CUP están pensados para quienes consumen alrededor de 6 GB, que —según sus cálculos— es lo que gasta el promedio de la gente.
Sin soluciones, con el mismo discurso de siempre
Las explicaciones no tardaron en llegar, pero las respuestas concretas brillaron por su ausencia. Según el vice primer ministro, el mantenimiento de la infraestructura tecnológica cuesta “cientos de millones de dólares” al año, y en este contexto, seguir ofreciendo recargas ilimitadas se volvió “insostenible”.
Reconoció, eso sí, que la forma en que se comunicó la medida fue un desastre. “Nuestro pueblo es inteligente, culto… y la comunicación no fue buena. No podemos decir otra cosa”, soltó, apelando a la comprensión de una ciudadanía que ya no compra promesas sin fecha de vencimiento.
Los estudiantes no se callan: paros y protestas siguen creciendo
Mientras el gobierno intenta calmar el fuego con palabras, los estudiantes han decidido alzar la voz. Desde la Universidad de La Habana hasta otras provincias, los paros académicos se multiplican como respuesta al aumento de las tarifas.
Pero en vez de diálogo, la reacción oficial ha sido acusar y desacreditar. El Partido Comunista salió al paso tachando las protestas de “maniobras desestabilizadoras” y culpando a “enemigos del sistema” de querer sembrar el caos. Incluso Roberto Morales Ojeda habló de “manipulaciones mediáticas” y “tergiversaciones”.
Otra vez lo mismo: medidas “dolorosas pero necesarias”
El cuento se repite. Martínez volvió a desempolvar la frase clásica: “son decisiones difíciles, pero temporales”. Lo mismo que han dicho por años cuando falta la corriente, no hay pan o desaparecen los medicamentos de las farmacias.
Explicó que estas medidas estaban previstas en los planes del 2025 y que se hicieron estudios para “suavizar” el golpe a sectores sensibles como estudiantes, médicos y periodistas. Pero no ofreció una solución concreta, ni un calendario que dé esperanza real.
Promesas al aire, conectividad por el piso
La promesa más ambiciosa del funcionario fue que “con el tiempo” se podrían recuperar los niveles anteriores de acceso… incluso “bajar los precios”. Pero sin decir cómo, ni cuándo, ni con qué recursos.
En un país donde la conexión a internet se ha vuelto vital para estudiar, trabajar y hasta comunicarse con la familia, limitar los datos a 360 CUP mensuales afecta duramente a quienes no tienen parientes en el extranjero que les manden una recarga salvadora en divisa.
Mientras tanto, la gente sigue esperando algo más que discursos. Porque eso de “vamos a seguir trabajando muy fuerte” ya no suena a promesa, sino a disco rayado. Y en medio de tantas promesas sin cumplir, lo único que sigue subiendo es el precio… y el descontento.