Hay historias que duelen. Que hacen hervir la sangre. Esta es una de esas. Víctor Ángel Rodríguez Martí, un joven conocido por su gente como Angelito, murió mientras estaba detenido en la Segunda Unidad de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) en Santiago de Cuba. Y lo que ha salido a la luz desde entonces es simplemente indignante.
El periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada, quien conocía a Angelito personalmente, fue quien alzó la voz en redes sociales para denunciar lo que muchos temen pero pocos se atreven a decir: que al joven lo mataron a golpes. Lo publicó en su cuenta de Facebook, y desde entonces, la historia ha empezado a circular con fuerza.
Según contó Mayeta, el cuerpo del joven fue entregado a su familia con moretones, heridas por todo el cuerpo y una lesión especialmente grave en la cabeza. ¿Y qué dicen las autoridades? Que murió por “causas naturales”. Sí, así como lo lees. Una versión que ni su familia ni los vecinos se creen.
Más aún cuando otro detenido, que compartía celda con Angelito, reveló que fue brutalmente golpeado por un capitán dentro del calabozo. A esto se suma que el joven era diabético y, según el testimonio del periodista, no recibió atención médica aunque perdió el conocimiento varias veces.
La historia se pone aún más turbia. La madre de Angelito, destrozada por la pérdida, no quería una autopsia. Pero otros familiares la convencieron con la esperanza de saber la verdad. ¿El resultado? Silencio oficial. Las autoridades siguen sin dar explicaciones claras, mientras páginas cercanas al régimen tratan de ensuciar la memoria del joven, etiquetándolo como “delincuente reincidente”.
¿Y aunque lo fuera? Como bien dijo Mayeta Labrada, eso no le daba derecho a nadie a matarlo. Una cosa es tener antecedentes, y otra muy distinta es que eso sirva como excusa para justificar una muerte bajo custodia.
Lamentablemente, este caso no es único. Ya son varios los informes de abusos, maltratos e incluso muertes en manos de las autoridades en Cuba. Y casi nunca hay consecuencias. “Mientras Cuba siga bajo este régimen, Ángel no será el último”, advirtió Mayeta. Por eso, él y muchos otros siguen visibilizando este caso, buscando algo de justicia en medio del dolor.
Porque la impunidad, cuando se calla, se vuelve costumbre. Y eso no se puede permitir.