Mientras desde la televisión oficial repiten que todo marcha viento en popa en las universidades cubanas, la realidad en los pasillos y aulas pinta un cuadro muy distinto. Los estudiantes están plantados, molestos con los nuevos precios de ETECSA, y ya no se conforman con cuentos ni promesas.
En el Noticiero Nacional de Televisión, la periodista Talía González se soltó con un discurso de manual: que si las clases siguen “con total normalidad”, que si hay “debates respetuosos” y que “no se dejen engañar por las campañas del exterior”. Pero lo que se vive en el terreno dista mucho de ese libreto.
Rei Gómez, otro de los presentadores, habló del “debate entre estudiantes y profesores” sobre las tarifas de ETECSA como si fuera una tertulia en la sala de una casa, mientras las facultades arden de inconformidad. Según ellos, la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) está ahí para desmentir cualquier intento de “tergiversación”.
El mensaje es claro: todo aquel que cuestione o proteste está siendo manipulado o quiere formar un show. Pero eso no es lo que dicen los propios estudiantes que están alzando la voz.
Desde la Universidad de La Habana, Daniel Alejandro Corrales, vicepresidente de la FEU, defendió que hay que mantener el diálogo por los canales “correctos”. Dijo que hay inconformidades, pero que se deben expresar con orden, a través de las estructuras oficiales.
Otro que salió al paso fue Jorge Daniel García, estudiante de Periodismo, quien aseguró que “los estudiantes son quienes están proponiendo acciones” y que los diálogos con ETECSA nacieron desde dentro, desde la base. Pero entre líneas, dejó ver que esos debates han sido intensos, duros, porque la molestia es real y generalizada.
FCOM y Holguín le ponen el pecho: no más privilegios, exigimos soluciones
Donde la cosa se puso buena fue en la Facultad de Comunicación de la UH. Allí dijeron clarito que no aceptan el paquetico de 6 GB que ETECSA les quiere meter por los ojos. Según explicaron, no se trata de recibir “favores”, sino de encontrar soluciones justas que incluyan a todo el pueblo cubano.
La declaración salió del Consejo Ampliado de la FEU en esa facultad, que apuesta por el “diálogo crítico”, pero sin bajarse los pantalones. Dicen que no se prestarán para legitimar medidas que solo maquillan el problema de fondo.
Más al oriente, en la Universidad de Holguín, la Facultad de Comunicación y Letras fue más lejos todavía: convocaron a un paro académico indefinido a partir del 7 de junio. No se mueven de sus puestos hasta que no haya una verdadera rectificación. “No somos élite, somos pueblo”, fue su grito.
Y no están solos. Estudiantes de Matemáticas y Computación también se mantienen firmes en su decisión de paralizar las clases. Consideran que las tarifas de ETECSA son un golpe directo al bolsillo del cubano de a pie.
“No queremos limosnas, estamos luchando por justicia”, afirmaron en una asamblea.
La Facultad de Biología, por su parte, ya no reconoce la autoridad del presidente nacional de la FEU, Ricardo Rodríguez González. Le acusan de hablar en nombre propio y no de quienes lo eligieron. En la Facultad de Filosofía, Historia, Sociología y Trabajo Social han sido aún más duros: pidieron su renuncia inmediata y lo tildaron de “pasivo” y “conformista”.
La TV dice “todo tranquilo”… pero las aulas están en candela
Aunque en el NTV insisten en que la cosa está bajo control y que ya el curso se va acabando, lo cierto es que la rebelión universitaria no se detiene. El anuncio del paquete de 6 GB por 360 pesos, más el acceso gratuito a unos cuantos sitios educativos, ha sido rechazado de plano por la mayoría de los estudiantes.
No quieren beneficios exclusivos, quieren igualdad de acceso a internet para todos. No piden caramelos, exigen derechos.
A pesar de la fachada que intenta mantener el gobierno, las universidades se han convertido en un hervidero de críticas y propuestas auténticas. Los jóvenes, que crecieron con la red en sus manos, ya no se conforman con discursos reciclados ni soluciones a medias.
Al negar el paro y disfrazar las protestas como simples “diferencias de criterio”, el gobierno busca restarles peso a unas acciones que tienen raíces profundas y respaldo masivo. No es un berrinche de unos pocos, es una respuesta a años de malestar acumulado.
La narrativa oficial se centra en mostrar una supuesta unidad, pero los hechos apuntan a una FEU fracturada y un estudiantado que ya no se deja domesticar tan fácil. Muchas facultades no solo han criticado las medidas de ETECSA, sino que cuestionan directamente el papel de sus representantes nacionales, a los que acusan de dar la espalda a las verdaderas preocupaciones del alumnado.
Un movimiento auténtico, no manipulado
El gobierno insiste en que todo forma parte de “una campaña externa”, pero esa idea pierde fuerza frente a la espontaneidad y coherencia de las acciones estudiantiles. Lo que se está viendo hoy en las universidades no es manipulación, es una generación despertando, organizándose y exigiendo sin miedo.
Ignorar esas voces o reducirlas a simples “conflictos de percepción” es cerrar los ojos a una realidad que ya no cabe en los viejos moldes.
Internet no es un lujo, es una herramienta de vida, de estudio, de trabajo. Y los estudiantes lo saben. Por eso siguen en pie, firmes, y cada vez más claros: lo que quieren no es un parche más, sino un cambio real.